Try Me © [LIBRO 1]

Capítulo 30

Me siento en mi cama con cierta incomodidad, clavando mi lengua en mi cachete. Esto es prácticamente una violación de la intimidad, Astra y Quinn están prácticamente analizando mi cuarto y la decoración que tengo. La primera está más cortada, mira alrededor, pero permanece en la esquina, la segunda se pasea como si fuera su casa.

— Sinceramente, me sorprendes. —Alzo mis cejas, esperándome cualquier cosa.— Pensé que tendrías todo el cuarto decorado con porno.

— No veo porno, es asqueroso. —Mi respuesta no parece sorprenderle.

— ''Bueno, Quinn, no estamos aquí para eso. Allegra nos tenía que decir algo.''

La atención de los tres se centra en Allegra mientras se comunica a través de sus signos. Observo detenidamente sus gestos y expresiones, tratando de captar el significado de cualquiera de los signos que hace con las manos. Aunque no entiendo nada de nada, las otras dos no le quitan el ojo de encima.

Cuando termina, Astra se deja caer en la cama, sin creérselo del todo, mirando al frente. Su mirada está perdida y su mente seguramente se debata en si creérselo o no.

— ''Así que al final todo era verdad''.  —¿De qué habla esta ahora?

— ¿Qué?

— Allegra nos contó lo que había pasado, pero pensábamos que había sido una pesadilla. —Dice Quinn, que parece la más tranquila de las tres.

— Ah sí, el sueño. Entonces veo que funcionó el plan de la directora.

— ¿De qué hablas? ¿La directora lo sabe? 

— ¿Te sorprende? Ella fue la que me mandó callarme y dejar a Astra en el cuarto. —La rubia no se sorprende cuando se lo confirmo. Se lleva sus uñas a la boca.

— ¿Entraste en nuestro cuarto? 

— De todo lo que he dicho ¿eso es lo único que has escuchado? ¿En serio? —Refunfuña porque sabe que tengo razón.

— Tienes razón, perdón. Gracias por ayudar a Allegra. —Dice Quinn, aún con los brazos cruzados y apoyando su espalda sobre la puerta cerrada de mi cuarto.

No le doy más importante a asunto ese de ser un héroe, tampoco tiene tanto mérito, cualquier hastae hubiese hecho lo mismo, es un deber, por muy mal que me caiga la persona que esté en peligro.

— ¿Crees que tu madre lo sabe? —Miro a Astra, quien ahora agita su pierna de arriba a abajo.

— Si mi madre lo supiera, yo no estaría aquí, te lo aseguro. La directora guarda bien los secretos, por lo que veo. —Como siga mordiendo sus uñas, se va a quedar sin ellas.— ¿Dónde está ahora el chico ese?

— Solo Linton sabe. 

Me levanto con un impulso y camino hasta el lado de Allegra, que está sentada en mi silla, también agitando su pierna al igual que su amiga. Muerde su labio inferior con impaciencia y sus aprieta sus puños, no puedo verlo, pero me apostaría lo que sea a que está clavando sus uñas en las palmas de sus manos.

— Aún así...—Piensa Quinn en voz alta.— ¿Creéis que fue un ataque premeditado hacia Allegra?