❝ Cuando Mina decide ir por primera vez a un gimnasio, se encuentra con su peor pesadilla, que también es su futura perdición: Son Chaeyoung, quien al mismo tiempo es su entrenadora. ❞
→ Portada bonita por @sxnrics ♡
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Mina! Me lo prometiste. — Momo tomaba mi brazo y me sacudía con fuerza.
— También te prometí a los 6 años que me casaría contigo a los 18... Tengo 20. — La japonesa rodó los ojos.
— Sigo esperando mi anillo, Myoui. No es el tema ahora, llevo pidiéndote meses que vayamos al gimnasio y simplemente no quieres, ¿por qué? — Cuestionó.
— Es mucha gente, Momo. Seré muy social, pero me da asco pensar en ver personas sudadas. — Tomé una manzana y me senté en la barra de la cocina del departamento que compartía con Momo.
— Cada que te acuestas con Bangchan lo ves sudado, no veo que te quejes. — Le lancé una fruta de las que tenía a mi lado, pero la atrapó.
— No es lo mismo, me gusta hacer ejercicio en casa. — Ella sonrió.
— Si tú lo dices... — Momo mordió la fruta y se sentó en la barra de la misma forma que yo lo hice, colocando una de sus manos en mi muslo y acariciándolo lentamente. — Oh, Mina, acompáñame al gimnasio, por favor... — Gimió en mi oído.
— ¿Qué se supone que haces? — Me alejé de ella y comencé a reírme.
— ¡Vete a la mierda, Mina! Siempre haces eso con Bangchan y funciona. — Hizo un puchero y yo apreté su mejilla.
— Bangchan es muy estúpido, pero yo no. — Le dí una mordida a mi manzana.
— No sé por qué sigues con él. — Me crucé de brazos.
— Es lindo conmigo, Momo. Ya hablamos de esto antes. — Levantó los hombros.
— ¡Te engaña! ¿Por qué no me crees? — Mordí mi labio.
— Él no es así, Momo. Bangchan es incapaz de engañarme. Confío en ti y en lo que me dices, pero sé que no te agrada. No tienes que mentir para que termine con él, si es cierto lo que dices, yo misma me encargaré. — O eso quería creer.
— Está bien, pero yo ya cumplí en advertirte. — Asentí y la abracé. — Pero de verdad, Mina. Te pido que me acompañes, no quiero ir sola. — Pensé durante unos segundos y respondí.
— Bien, iré contigo mañana, pero si no me gusta, no vamos más. — Asintió con tanta rapidez y comenzó a aplaudir.
— ¡Acepto! ¡Sí! — Sonreí con ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
