6.

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Las clases siguieron con su rumbo normal

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Las clases siguieron con su rumbo normal. Pasadas dos horas, Sana y yo tuvimos un pequeño descanso, por lo que decidimos ir a la cafetería.

Caminamos por el pasillo de la universidad, para luego entrar a la cafetería. Ahora estábamos sentadas y hambrientas. Me levanté de la mesa para ir a tomar un refresco de la nevera cuando, repentinamente, mi mano tropezó con la de alguien, era Chaeyoung tratando de tomar el mismo refresco enlatado que yo.

Nos miramos a los ojos, sentía su mirada recorrer mi cara como si me estuviera analizando, así que yo también hice contacto visual con ella, no iba a permitirle ganar.

— Puedes quedarte con ella. — Habló primero, soltando la lata.

— ¿Eh? — No había entendido bien, estaba distraída con sus facciones.

— La lata, puedes tomarla tú. — Bajé para mirar y noté que yo era la única que sostenía el refresco.

— No, espera. Mejor quédate tú con ella. — Extendí mi brazo para dársela. Ella negó. — De igual forma no tengo tanta sed. — Chaeyoung pensó un poco y aceptó. — ¿Qué tal tus clases? — Le pregunté.

— Bastante bien, todos son muy agradables, por lo menos los de mi clase. Muchos de aquí van al gimnasio y me reconocieron. — La coreana abrió la lata y empezó a beberla. Tal vez me arrepiento un poco de dársela, la verdad es que sí la quería.

— Eso es bueno, supongo. — Ella dió una gran sonrisa.

— ¿Volverás al gimnasio? — Chaeyoung dejó su mochila sobre una mesa y comenzó a quitarse la chaqueta, dejando a la vista sus tatuajes y parte de su cuerpo, pues llevaba un top por debajo. No podía parar de verla.

— S-sí. Momo me mataría si no lo hago. — Contesté con la voz entrecortada.

— Espero que ahora golpees bien. — Dió varios golpes al aire mientras se movía como si estuviera esquivando otros.

— ¿Tengo otra opción? — Chaeyoung soltó una linda risa, yo sonreí.

— A menos que quieras volver a joderte la muñeca, yo digo que sí. — Rodé los ojos. — ¿Puedo verla?

— Ujum. — Le dí mi brazo y ella quitó la muñequera con mucho cuidado para verlo. Aplicó algo de presión en mi muñeca, me dolió, pero solo un poco.

— Estarás bien en unos tres días, así que ya te puedes ir despidiendo de esto. — Levantó la muñequera con dos dedos, mirándola con desprecio, acto que me pareció gracioso.

— Entonces en tres días nos veremos en el gimnasio. — Solté mi cabello, Chaeyoung atenta a mis movimientos.

— En ese caso, hoy mismo estarás bien. — Levanté una ceja y me crucé de brazos.

— ¿Qué tratas de decir con es...? — Unos brazos me levantaron del suelo, era mi novio, no necesitaba verlo para darme cuenta.

— ¡Princesa! — Comencé a reír porque me estaba dando vueltas mientras me cargaba.

Gym Crush || Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora