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Horas más tarde, mi madre me volvió a llamar para invitarme, o bueno, obligarme a asistir a una cena esta noche junto a Bangchan

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Horas más tarde, mi madre me volvió a llamar para invitarme, o bueno, obligarme a asistir a una cena esta noche junto a Bangchan. Me dijo lo importante que era, pues sus padres y algunos otros conocidos suyos también estarían ahí.

Mi novio prometió pasar por mí a las siete en punto. No había querido decirle nada a Momo, mucho menos a Chaeyoung. De hecho, la ignoré por el resto del día. 

Saqué de mi armario varios vestidos, camisas y pantalones. Todo se veía bien, pero no era suficiente para contentar a mi madre. Según sus propias palabras, "Las Myoui siempre tienen que destacar, verse bonita no es suficiente".

Mis manos se detuvieron cuando me encontré con un vestido largo de seda negro, con un encaje fino en las mangas. El toque de elegancia era evidente. Nunca lo había utilizado, no conseguía la ocasión perfecta para hacerlo, pero ese día acababa de llegar. Sin dudar, lo tomé y lo puse sobre la cama. Después de estar horas maquillándome y peinándome, me vestí.

Bangchan fue a recogerme a casa. Cuando llegó a la puerta, lo saludé y caminé hacia él. El vestido negro caía como una danza alrededor de mis caderas, mientras que mi cabello estaba perfectamente peinado.

— Hola, estás... — Bangchan sonrió, pero mi expresión lo hizo detenerse.

— ¿Crees que este vestido sea suficiente?

— ¿Suficiente? Mina, te ves muy bien. Ya no te preocupes por tu madre. — Contestó Bangchan, dando un paso hacia atrás. Él conocía perfectamente cuál era mi miedo.  

— Solo vámonos. — Dije con exasperación en la voz. — Mientras más rápido acabe esto, mejor.

Pasé a su lado, caminando hacia el coche. Me senté en el asiento del copiloto, cruzando los brazos y mirando fijamente al frente, mientras Bangchan se ponía al volante y ponía el auto en marcha. El trayecto hasta la casa de mis padres transcurrió en silencio. Al llegar, tocamos la puerta. 

La puerta se abrió después de un par de segundos, siendo mi madre a la primera persona que vi. Ella me miró de arriba abajo y me examinó minuciosamente. No dijo una palabra, solo se movió para dejarnos pasar.

El resto de las personas ya se encontraban en la mesa. Me sentí como el centro de atención, mientras el murmullo de sus conversaciones privadas se detenía y cada pareja de ojos se fijaban en nosotros dos. Las preguntas y los comentarios sobre nuestros planes para el futuro no se hicieron esperar. 

— ¿Qué planes tienes, Bangchan? — Preguntó uno de los amigos de mi padre. 

— Yo... — Comenzó a contestar Bangchan, pero su respuesta fue interrumpida por su madre.

— Mi Channie está en proceso de terminar su carrera de derecho, él va a encargarse de nuestro bufete en el futuro. ¿Cierto, Channie? 

— Sí, mamá. ¿Puedes no hablar de eso? — Pidió. Por lo menos estábamos de acuerdo en lo incómodo que estaba siendo esto.

Gym Crush || Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora