19.

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Ambas nos encontrábamos frente al espejo del vestidor, recogiendo nuestras cosas

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Ambas nos encontrábamos frente al espejo del vestidor, recogiendo nuestras cosas. Había una evidente tensión en el aire, ella y yo lo sabíamos. Aún estábamos recuperando la respiración, pero nuestros ojos se encontraban brevemente, cosa que causaba un sonrojo en ambas.

— Supongo que deberíamos volver, deben estarte buscando. — Estaba evitando verla, ¿razón? Me moría de vergüenza. 

— No, espera. — Me detuvo Chaeyoung. — ¿Te gustaría ir por un helado? — Su voz sonaba más suave y más lenta de lo que había sonado antes. Me sorprendí con la oferta, pero no pude evitar sonreír.

— ¿Ir por un helado? — Pregunté con cautela. — Pensaba que eso iba en contra de la dieta del gimnasio.

— Vamos, he tratado de seguir esa dieta durante más de un año, es imposible no romperla. ¿Qué mal puede hacer un helado? Endulza tu vida, Mina. — Miré a la chica con recelo.

— ¿Me vas a endulzar la vida? — Tenía ambos brazos cruzados. — ¿Es algo que harías? — Reí nerviosamente. 

— Puedo intentarlo, Minari. Puedo intentarlo. — Chaeyoung sonrió y sacudió la cabeza con ternura.

— Bueno, ¿qué tengo que perder? — Terminé aceptando finalmente la oferta. La sonrisa de Chaeyoung se amplió, y su cara se iluminó como si estuviera viendo una escena hermosa de la naturaleza, pero la diferencia era que me estaba viendo a mí.

Mientras terminábamos de vestirnos, me sorprendí de ver a Chaeyoung mirándome de una forma nada discreta.

— ¿Qué pasa? — Me giré al espejo para tratar de ver si tenía algo en la cara, pero no había nada. Chaeyoung se rio y negó con la cabeza.

— No, nada. — Terminé de arreglarme a la par que ella. Salimos del vestidor y me estaba dirigiendo a los elevadores, pero Chaeyoung volvió a detenerme. — ¡Espera! ¿Por qué no salimos por la salida lateral? Es más fácil que tener que cruzar todo el gimnasio. — ¿Salida lateral? Según yo, solo había una salida y una entrada. Levanté mis cejas, escéptica, pero la seguí de todos modos.

Chaeyoung me guió hasta un elevador, presionando el botón doce, era el último botón que había, aparentemente el piso más alto. Estaba muy confundida, pero cuando se abrieron las puertas, entendí todo.

— ¿Esto es la salida lateral? Porque parece más una azotea. Si querías tirarme desde un piso alto, con el piso dos bastaba.

— Claro que no quiero tirarte. Subimos a la azotea porque hay unas escaleras de incendio aquí, podemos utilizarlas para bajar. — Me explicó. — Yo suelo hacerlo cuando los elevadores están muy saturados, o también cuando quiero escapar. — Reí.

— ¿Al menos es seguro? — Ella se mordió el labio.

— Quiero creer que sí. — Su respuesta no me tranquilizó para nada. — Pero eso lo hace más divertido. — Traté de sonreír, pero no pude. — Te dejo intentar primero.

Gym Crush || Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora