17.

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Llegué al departamento en eso de las 4 am, se me fueron las cosas un poco de las manos

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Llegué al departamento en eso de las 4 am, se me fueron las cosas un poco de las manos. Al pasar mi tarjeta, la puerta del departamento se abrió y se encendieron las luces inmediatamente, dejando en evidencia mi rostro rojo y sudado.

— ¿Estás todavía despierta? — Susurré, aunque era obvio que estaba despierta.

— ¿Qué pasó? ¿Dónde has estado? — Preguntó Momo con un tono preocupado. En respuesta me mordí los labios que ya tenía algo dañados. Gracias, Chaeyoung. 

— ¿No es obvio? — Traté de evadir su pregunta. — La verdad no quiero contar el detalle de cada cosa...

— ¿No quieres decírmelo? — Respondió Momo, mirándome fijamente. Me encogí de hombros y mi mirada bajó a mis pies.

— Chaeyoung y yo, bueno, digamos que algo pasó.

— Suficiente. — Soltó Momo, con un tono que indicaba que ya había captado la idea. — Ya comprendo, Mina. —  Mi mente se tensó, buscando las palabras adecuadas.

— ¿Qué? ¿Sabías que me había acostado con ella?

— No, pero sabía que Chaeyoung estaba fascinada contigo desde el principio. — Mi amiga golpeó el asiento que estaba a su lado, a lo que yo me senté. — Cuéntame todo. 

— Ya sabes que ella se acostó conmigo en la fiesta de Hallowen, y realmente me preocupaba el hecho de que siguiera dejando notas por ahí, que Bangchan las viera y se enojara conmigo. Me dijo que si nos acostábamos una última vez, me dejaría en paz. Y creo que funcionará, ¡te lo juro!

 — ¿Y por eso te quedaste con ella hasta las 4 de la mañana? Mina, te fuiste por 8 horas. — Me regañó. — Me froté los brazos y no pude evitar que los nervios se apoderaran de mi cuerpo.

— Lo siento, pero... ¿Qué debía hacer, decirle que no? — Puse ambas manos en mi cabeza. — ¿Podrías imaginarte a qué extremos iba a llegar si no lo hacía? Está loca, perfectamente pudo decirle a Bangchan que nos acostamos.

 — Entonces eres una idiota. Puede hacerlo de igual forma, solo que ya obtuvo lo que quería. Total, ella ya no va a perder nada, pero tú sí. — Yo ya no podía responder eso. Simplemente me quedé mirando las paredes blancas del departamento, sin saber qué decir.

—¡Mina! — El rostro de Momo cambió a uno de shock. — ¡Tú... te acostaste con una chica! — Al parecer,  la japonesa recién lo estaba asimilando.

— No me mires así. — Hice un gesto con mi mano para que dejara de tener aquella expresión que solo me ponía más los pelos de punta. Momo comenzó a revisar mis brazos, cuello, clavículas y todo rastro de piel descubierta que tuviera.

— Mina, se acostaron más de una vez hoy, ¿cierto? — Guardé silencio, eso para Momo era que tenía toda la razón.  

— ¡No quería! — Me cubrí la cara con un cojín.

Gym Crush || Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora