— Sana, ¿podemos hablar? — La chica intentó tocar a la japonesa, pero la evitó.
— ¿Hablar de qué? No creo que tengamos algo que hablar. — Aunque no lo quisiera, Sana estaba muy molesta para tratar con Jihyo.
— Por favor, no dejes todo atrás. Sabes perfectamente lo que sucedió ahí. — Sana se dió la vuelta con la intención de irse, pero Jihyo fue más rápida y la metió en uno de los salones más cercanos a su alrededor.
— Todo eso fue una estupidez sin sentido. Realmente soy una idiota por creer que tú... — Sana se detiene, incapaz de terminar la frase. Se hundió en el escritorio, sin querer ver la expresión de duda de Jihyo.
— ¿Qué, Sana? ¿Qué puedo hacer por ti? — La última pregunta se la dijo en un susurro. Jihyo se acercó lentamente a Sana y la tomó de la cara para que la viera.
Al levantar su cabeza, sus ojos marrones se encontraron con los ojos oscuros de Jihyo. Sus caras se acercaron, lentas y con ímpetu, como imanes repentinamente conectados. Las pálidas mejillas de Sana se pegaron a las pieles morenas de Jihyo. Sus labios se abrieron y finalmente se entrelazaron en un beso intenso, exigiendo un sentido de urgencia e irresistible necesidad. Las manos de Sana vagaban por el cuello de Jihyo acariciándolo, mientras que la coreana estaba apretando las caderas de la castaña contra las suyas.
El beso se volvió más salvaje, más apasionado. Sus lenguas se entrelazaron, dejando un rastro de saliva ardiente y efervescente. Sana deslizaba su toque lentamente por la espalda de Jihyo, dando una señal apremiante de la necesidad de Sana. Los dientes arañaban y mordían los labios de la nipona, con un leve toque de dolor que solo hace que el beso sea más delicioso.
En ese momento, Sana y Jihyo se convirtieron en un universo entrelazado, ella era la noche, profunda y desconocida, y la morena era el inmenso mar, sin límites ni piedad. No podía existir uno sin el otro, y su contacto íntimo y su pasión parecían un eco del universo entero.
El impulso que recorrió entre las dos fue como un magnetismo irresistible, con las dos atraídas por una fuerza casi sobrenatural. Era como si la ley de atracción de Newton de la gravedad estuviera en aplicación, pero en vez de objetos inertes, eran dos corazones batientes buscando refugio el uno con el otro.
El beso terminó a medida que sus labios se separaron. Jihyo apoyó su frente contra la de Sana, sus respiraciones jadeando lentamente como una sola unidad. El momento era perfecto, y ambas se quedaron en silencio, disfrutando del calor mutuo y la conexión que se había creado.
La tensión se extendió entre ellas, pero Jihyo rompió la quietud con un simple:
— Te amo, Sana. — La mencionada se quedó sin aliento. Sus ojos se clavaron en los de Jihyo, como si intentara similar toda la emoción contenida en esas tres palabras. Y luego, en un susurro casi imperceptible:
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Gym Crush || Michaeng
Fanfiction❝ Cuando Mina decide ir por primera vez a un gimnasio, se encuentra con su peor pesadilla, que también es su futura perdición: Son Chaeyoung, quien al mismo tiempo es su entrenadora. ❞ → Portada bonita por @sxnrics ♡