Capítulo 31

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—Será mejor que hoy no salgan de casa —fue lo primero que Darío dijo cuando entramos en el auto, el estacionamiento de la escuela estaba vacío ya que todo mundo estaba en clases, Pedrito estaba al volante y Darío miraba a todas partes con la paranoia a tope.

—Primero que nada, buenos días —dije sonriéndole para que supiera que no estaba afectada para nada con lo que le había ocurrido a Rafael.

—¿Qué fue lo que le pasó exactamente a Rafael? —preguntó mi amiga en cuanto entró al auto después de mi. No cabía duda de que eran hermanos, ninguno de los dos saludaba antes de hacer preguntas o dar ordenes.

—Kaori está en la escena investigando, solo sé que la madrugada de hoy alguien reportó un coche en llamas a las afueras del pueblo, cuando subieron el número de placa del auto al sistema para buscar al dueño Kaori lo detectó gracias a que estábamos buscando todo lo relacionado a Santana —soltó Darío sonando como un policía por completo.

—¿Lleva mucho tiempo en el lugar donde quemaron el auto? —no sabía a donde quería llegar con esa pregunta, pero quería saber cuanta información tendría ahora mismo, necesitaba saber si habían sobrevivido alguna prueba que lo vinculara con la muerte de Kathe.

—Casi se acaba de ir, estaba un poco indispuesto esta mañana, pero creo que hará un buen trabajo —¿a que se refería Darío con que se encontraba un poco indispuesto?

—¿Indispuesto?

—Tenía resaca, el idiota se la pasó tomando anoche, el alcohol es su amigo desde que regresaron de la hacienda de los Mausan, ¿ustedes saben algo? —Marceline y yo nos miramos sabiendo exactamente lo que había sucedido.

Esa noche después de que Ana se encerrara en su habitación como adolescente enojada porque no la dejan salir, llamé a Marceline para contarle todo el chisme, tenía que desahogarme con alguien. Le conté que Ana estaba embarazada y lo que había sucedido con Kaori cuando me llevó hasta la puerta de la mi casa. Marceline había llegado a la misma conclusión que yo, Kaori era el sospechoso número uno hablando del padre de mi futuro o futura sobrinoa.

—Problemas maritales, pero no creo que debamos contártelo nosotras —dijo Marceline después de meditarlo por un segundo—, pregúntaselo a Kaori tu mismo.

—Me cansé de preguntárselo anoche, él no me dirá una palabra, ¿que sucedió en la hacienda? —no servía de nada seguir ocultándole lo sucedido a Darío, después de todo terminaría enterándose de todo.

—Solo diré que él y mi hermana se conocen a la perfección, y esa noche se encontraron, Ana terminó echándolo de la puerta de mi casa después de que Kaori fuese un reverendo imbécil con ella.

—Ya decía yo que era muy extraño que quisiera venir hasta un pueblo en el medio de la nada solo porque me dispararon —confesó Darío riendo entre dientes.

—¿A que te refieres, él vino porque sabía que Ana estaba aquí? —¿todo lo sucedido con Kaori y Ana no había sido una coincidencia?

—Conozco a Kaori, solo me habría hecho una videollamada para asegurarse de que estaba vivo, desde que llegó sabía que tenía dobles intenciones viniendo hasta aquí, no sabía que todo era por Ana —desde luego lo que pasaba entre Kaori y mi hermana era complicado como en muchas relaciones.

—Pagaría por saber que fue lo que sucedió entre esos dos —murmuré justo en el momento en que Pedro el guardaespaldas estacionaba el auto frente a la casa de Marceline y Darío.

Entramos todos en la casa y fuimos a la sala. Paula no parecía estar en la cocina, todo estaba en silencio.

El silencio fue interrumpido por un teléfono sonando.

Las Mentiras De KatheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora