Las primeras luces del amanecer comenzaron a filtrarse por las ventanas de la casa de Lili, arrojando un suave resplandor sobre la sala de estar. Lili había trabajado sin descanso durante la noche, tratando las heridas de Kim con esmero y dedicación. Roseanne no se había movido del lado de Kim, su preocupación palpable en cada mirada y caricia.
Finalmente, Lili terminó de vendar a Kim y se levantó, limpiándose las manos.
—Kim está fuera de peligro inmediato, pero necesita descansar mucho y rehidratarse. Sus heridas sanarán con el tiempo, pero su cuerpo está muy débil —dijo Lili, su voz suave pero firme—. Roseanne, puedes quedarte con ella. Aquí estarán seguras.
Roseanne asintió, sus ojos llenos de gratitud.
—Gracias, Lili. No sé cómo agradecerte lo suficiente —dijo, su voz quebrada por la emoción.
Lili sonrió, poniendo una mano en el hombro de Roseanne.
—No tienes que agradecerme. Eres como una hermana para mí. Haría cualquier cosa por ti —respondió Lili—. Además, Kim es una persona fuerte. Con tu apoyo, se recuperará más rápido.
Roseanne miró a Kim, que yacía en el sofá, su respiración ahora más regular y profunda.
—Lo sé. Haré todo lo que esté en mi poder para ayudarla —dijo Roseanne con determinación.
Lili asintió y se dirigió a la cocina, dejando a Roseanne y Kim solas. Roseanne se sentó en el suelo junto al sofá, tomando la mano de Kim en la suya. Sentía una profunda conexión con ella, algo más allá del miedo y la situación en la que se encontraban.
Kim abrió los ojos lentamente, parpadeando contra la luz suave del amanecer. Miró a Roseanne, sus ojos llenos de una mezcla de gratitud y vulnerabilidad.
—Rosé... —murmuró Kim, su voz débil pero clara.
—Shh, no hables. Necesitas descansar —dijo Roseanne suavemente, acariciando el dorso de la mano de Kim.
Kim negó con la cabeza ligeramente, esforzándose por hablar.
—No puedo evitarlo... Gracias por quedarte conmigo. No sé qué habría hecho sin ti —dijo Kim, sus ojos llenos de sinceridad.
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"Flight 777: Hong Kong Bound" (Chaesoo - Jenlisa)
FanfictionEn las bulliciosas calles de Hong Kong, donde los rascacielos se alzaban como gigantes de concreto y acero hacia el cielo, dos destinos se entrelazaron en un giro del destino. Entre el fragor de la vida urbana, donde las luces de neón destellaban co...