En las bulliciosas calles de Hong Kong, donde los rascacielos se alzaban como gigantes de concreto y acero hacia el cielo, dos destinos se entrelazaron en un giro del destino. Entre el fragor de la vida urbana, donde las luces de neón destellaban co...
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Desde su cama en la habitación del hospital, Rosé continuó chateando con Suzy, disfrutando de la sensación de reconectar con alguien del pasado mientras se recuperaba de su reciente operación.
—¿Aún sales con Kim Jisoo, la hija de Kim Minah, verdad? Vi que dicen que Jisoo está saliendo con su productor de D&Entertainment, Choi Seokjin. Ya que estás por lanzar su comeback parece que te olvidó —escribió Suzy.
Rosé se quedó paralizada, sintiendo que el aire se le escapaba.
—¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso? —escribió rápidamente, tratando de procesar la información—. No puedo creer que Jisoo este con Seokjin. No puede ser cierto.
Suzy no tardó en responder.
—Lo es, o al menos eso he oído. La industria es pequeña y la gente habla, ya sabes. Lo último que escuché fue que ella y Seokjin se ven mucho. Por eso me sorprende que todavía estés con ella.
Rosé sintió que una ola de confusión y celos la invadía. ¿Cómo era posible que Jisoo estuviera con otro? Se preguntaba si era cierto o si Suzy solo estaba tratando de sembrar discordia entre ellas.
—¿Por qué me dices esto? —le preguntó, sintiendo que algo no estaba bien en la conversación.
—Porque somos amigas, ¿no? Quiero que estés al tanto de lo que realmente está pasando. No quiero que te lastimen —respondió Suzy con suavidad, aunque sus palabras estaban cargadas de insinuaciones.
Rosé cerró los ojos, tratando de calmar su mente. Se sentía traicionada, pero al mismo tiempo sabía que debía buscar la verdad antes de dejarse llevar por los celos.
—Necesito que vengas a Roma. Quiero que me lo cuentes en persona —dijo con determinación.
—¡Claro! Puedo tomar un vuelo. ¿Cuándo puedo verte? —preguntó Suzy.
—En cuanto llegues, haremos una pequeña reunión —contestó Rosé, sabiendo que necesitaba entender qué estaba pasando realmente entre Jisoo y Seokjin.
—Perfecto, estaré ahí pronto —respondió Suzy, y Rosé sintió una mezcla de emoción y ansiedad. Había algo inquietante en la forma en que Suzy hablaba, como si estuviera esperando que Rosé tomara una decisión que beneficiara a Suzy más que a ella.
Una vez que terminaron de intercambiar detalles sobre el viaje, Rosé se recostó en la cama, sintiendo que el mundo a su alrededor se desmoronaba.
—¿Qué demonios está pasando en Corea? —murmuró, mirando al techo. La idea de que Jisoo pudiera estar con otro la consumía.
Decidió que lo mejor era confrontar a Jisoo cuando tuviera la oportunidad.
—Debo hablar con ella —se dijo a sí misma, intentando reunir valor. La conversación con Suzy le había dejado un sabor amargo en la boca, y sabía que no podía permitir que la inseguridad afectara su relación.
