La habitación estaba en penumbras, iluminada apenas por una lámpara tenue en la esquina. El silencio era pesado, roto solo por el suave tic-tac del reloj en la pared. Kim estaba sentada en el borde de la cama, abrazada a su osito, el mismo que Rosé le había regalado y la gorra militar de su novia puesta, como si de alguna forma pudiera mantenerla cerca a pesar de que el mundo la había declarado oficialmente muerta.
Lisa, que había estado en silencio a su lado desde que regresaron de la ceremonia, se acercó con un vaso de agua en la mano. Observaba a Kim con una mezcla de ternura y preocupación. Le tendió el vaso con cuidado, asegurándose de que sus manos no temblaran al dárselo. A pesar de ser guardaespaldas de las mellizas, Lisa ya sentía algo más profundo, una conexión especial con ellas, especialmente con Jennie. Pero había algo en Kim que la hacía sentir protectora de una manera diferente.
—Toma un poco de agua, Jisoo. Te ayudará a relajarte —dijo Lisa suavemente, inclinándose hacia ella.
Kim levantó la mirada, sus ojos hinchados y cansados, pero aceptó el vaso. Bebió lentamente, sintiendo el líquido refrescante en su garganta seca, y luego lo dejó a un lado. Durante unos momentos, el silencio volvió a instalarse entre ellas.
Finalmente, luego de un minuto Kim rompió el silencio, su voz débil pero decidida. —Lisa... si de verdad te gusta mi hermana —comenzó, su mirada fija en el suelo—. Si de verdad sientes algo por ella, prométeme que la amarás de verdad.
Lisa parpadeó, sorprendida por el comentario repentino, pero permaneció en silencio, esperando a que Kim continuara.
—No juegues con sus sentimientos —prosiguió Kim, apretando con fuerza el osito entre sus brazos—. Sé lo que se siente enamorarse de alguien que amas con todo tu ser, y no te imaginas lo mucho que duele perderla... Lo mucho que duele cuando ya no está.
Lisa abrió la boca para responder, pero Kim continuó, su voz temblando con la emoción contenida. —No siempre me llevo bien con Jennie. Somos diferentes en muchos aspectos, pero... es mi hermana. La amo, aunque no siempre lo demuestre. Y si tú también la amas, tienes que ser honesta con ella. Cumple esa promesa, Lisa.
—Jisoo, te prometo que no jugaré con Jennie —respondió Lisa con sinceridad—. Nunca lo haría. Ella... significa mucho para mí. Nunca la lastimaría.
Kim asintió lentamente, soltando un pequeño suspiro, como si el peso de esas palabras le hubiera aliviado un poco la carga emocional que llevaba. Miró a Lisa con una expresión más suave, aunque su tristeza seguía siendo evidente.
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"Flight 777: Hong Kong Bound" (Chaesoo - Jenlisa)
FanfictionEn las bulliciosas calles de Hong Kong, donde los rascacielos se alzaban como gigantes de concreto y acero hacia el cielo, dos destinos se entrelazaron en un giro del destino. Entre el fragor de la vida urbana, donde las luces de neón destellaban co...