En las bulliciosas calles de Hong Kong, donde los rascacielos se alzaban como gigantes de concreto y acero hacia el cielo, dos destinos se entrelazaron en un giro del destino. Entre el fragor de la vida urbana, donde las luces de neón destellaban co...
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Kim, con el corazón latiendo con fuerza por el amor que sentía por Rosé, se acomodó encima de ella, sintiendo el calor de su cuerpo debajo suyo. Con manos temblorosas pero llenas de deseo, comenzó a acariciar el abdomen de Rosé bajo su camisa, sus dedos trazando patrones invisibles mientras se perdía en el contacto íntimo.
—Rosé... —murmuró Kim, su voz cargada de pasión y anhelo—. Quiero estar más cerca de ti. Quiero sentirte completamente.
Rosé la miró con adoración, sus ojos reflejando el amor profundo que sentía por Kim.
—Estoy aquí, Kim. Siempre estaré aquí para ti —respondió Rosé, su voz suave y llena de ternura.
Con un gesto gentil, Rosé ayudó a Kim a quitarse la camiseta, deslizándola con cuidado por encima de su cabeza. Kim obedeció, levantando los brazos para facilitar el proceso, sus ojos nunca apartándose de los de Rosé.
Una vez que la camiseta cayó al suelo, Kim se inclinó hacia adelante, acercando sus labios a los de Rosé en un beso apasionado. Rosé respondió con la misma intensidad, sus manos acariciando suavemente la espalda desnuda de Kim.
Kim, con su aura única y su carácter random, sintió una oleada de calor subiendo por su rostro, su piel sonrojándose intensamente. El latido de su corazón resonaba en sus oídos, una mezcla de emoción, timidez y deseo. Mientras sus labios se separaban de los de Rosé, Kim emitió un leve gemido, sintiendo la necesidad de expresar lo que sentía en ese momento.
—Rosé... —murmuró Kim, su voz temblorosa pero llena de sinceridad—. Yo... necesito saber... ¿qué somos? ¿Somos amigas o... o novias?
Rosé, con una mezcla de ternura y amor en sus ojos, acarició suavemente el rostro de Kim, sus dedos trazando líneas suaves sobre su piel.
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—Kim... para mí, eres mucho más que una amiga —dijo Rosé, su voz calmada y llena de sinceridad—. Eres alguien a quien amo profundamente. Quiero que seamos novias, si tú también lo quieres.
Kim sintió una mezcla de alivio y felicidad al escuchar esas palabras. Sus ojos brillaron con lágrimas de emoción, y una sonrisa tímida apareció en sus labios.
