Rosé estaba exhausta, pero se negaba a rendirse en su búsqueda de Kim. Mientras caminaba por las calles de Seúl con Minah, su teléfono sonó. Miró la pantalla y vio un número desconocido. Con el corazón en la garganta, contestó.
—¿Hola? —dijo con voz temblorosa.
—Maldita niña te dije que te encontraría —dijo una voz grave al otro lado de la línea—. Soy Kang, recuerdas, el mafioso de Hong Kong al que escapaste con Kim.
Rosé sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral al escuchar el nombre. —¿Qué quieres, Kang? —preguntó, tratando de mantener la calma.
—He llegado a Seúl para terminar mi trabajo —dijo Kang con frialdad—. Tú sabes de qué estoy hablando.
El corazón de Rosé se detuvo. —No sé de qué estás hablando. No tengo nada que ver contigo ni con tus asuntos.
Kang se rió con desprecio. —No te hagas la inocente, Rosé. Sabes que tengo una cuenta pendiente contigo y con Kim. Y ahora que estoy aquí, no voy a dejar que escapen de mí otra vez.
El miedo se apoderó de Rosé. —¿Qué vas a hacer?
—Voy a encontrar a Kim y a acabar con ella —dijo Kang con determinación—. Y tú no vas a detenerme.
Rosé se sintió paralizada por el miedo. ¿Cómo podía proteger a Kim de un peligro tan grave, especialmente cuando ya estaba perdida en la ciudad?
—Kang, por favor, no hagas esto —suplicó Rosé, su voz temblando—. No tienes que hacerlo. Déjanos en paz.
Pero Kang ya había colgado, dejando a Rosé con un nudo en el estómago y el corazón lleno de terror. Se volvió hacia Minah, cuyos ojos estaban llenos de preocupación.
—Minah, tenemos que encontrar a Kim lo antes posible. No tenemos tiempo que perder.
Minah asintió, su rostro pálido de preocupación. —Vamos a buscarla, Rosé. No descansaremos hasta encontrarla y asegurarnos de que esté a salvo.
Rosé y Minah se apresuraron a encontrar el coche de Minah, con el corazón latiendo con ansiedad por el destino de Kim. Finalmente, encontraron el vehículo y se subieron rápidamente, Minah al volante y Rosé a su lado.
Mientras conducían por las concurridas calles de Seúl, el teléfono de Minah sonó. Con una expresión de frustración, Minah contestó, sin apartar la vista de la carretera.
—¿Sí?
Una voz conocida habló al otro lado de la línea, era el médico que les había realizado la prueba de ADN. La tensión en el interior del coche era palpable mientras escuchaban atentamente las palabras del médico.
—Señora Minah, quería informarle sobre los resultados de la prueba de ADN. Aunque su hermano haya destruido la hoja del examen, quería decirle que el resultado fue positivo. Kim es su hija.
YOU ARE READING
"Flight 777: Hong Kong Bound" (Chaesoo - Jenlisa)
FanfictionEn las bulliciosas calles de Hong Kong, donde los rascacielos se alzaban como gigantes de concreto y acero hacia el cielo, dos destinos se entrelazaron en un giro del destino. Entre el fragor de la vida urbana, donde las luces de neón destellaban co...