Las horas se deslizaban con agonía en el aeropuerto de Incheon, un lugar que antes vibraba de emoción y ahora estaba inmerso en un denso aire de desesperación. Kim Jisoo permanecía sentada en una silla de la terminal, abrazando el uniforme de Rosé con una desesperación palpable.
—Jisoo cariño, tienes que salir de aquí. Esto no es bueno para ti —dijo Hyeri, arrodillándose ante ella y sosteniéndole las manos, intentando romper el silencio que las envolvía—. Ven conmigo a casa. Necesitas descansar, aunque sea un poco.
Kim sacudió la cabeza con firmeza, los ojos fijos en el uniforme como si él pudiera devolverle a Rosé. —No puedo irme, Hyeri. ¿Y si Rosé vuelve y no estoy aquí? No puedo dejarla sola... ¿Y si me necesita? —Su voz se quebró, y el temblor de sus labios traicionó su fragilidad.
Hyeri se sintió impotente al observar cómo la angustia consumía a su amiga. Las palabras se le atascaban en la garganta; sabía que su insistencia no serviría de nada, pero tampoco podía soportar ver a Kim así.
Durante ese momento, la figura de Felix apareció como un peso pesado, arrastrando consigo la frialdad del mundo corporativo. Se acercó con una expresión distante, casi indiferente a la tormenta de emociones que los rodeaba.
—Llévatela de aquí, Hyeri. No tiene sentido que siga llorando en la terminal —dijo Felix, cruzando los brazos con una arrogancia que resonaba en el aire—. No puedo tener a una emocional inestable afectando la imagen de la aerolínea.
Hyeri sintió que su corazón se incendiaba de rabia. —¿Cómo puedes ser tan insensible? —exclamó, su voz tensa—. ¡Esto no es solo una cuestión de imagen! Kim está sufriendo porque su novia puede estar muerta. ¡Rosé es su mundo!
Felix se encogió de hombros, su mirada despectiva brillando con desprecio. —Es solo una piloto, Hyeri. No voy a arriesgar la reputación de la aerolínea por alguien que es famosa. Hay muchas más en la compañía.
Las palabras de Felix fueron como un golpe en el estómago para Kim. Su respiración se volvió entrecortada, y la indignación comenzó a burbujear en su interior. Sin pensarlo dos veces, se levantó lentamente, el uniforme de Rosé aún aferrado a su pecho. Se acercó a Felix, su mirada ahora una mezcla de rabia y dolor, y le lanzó una mirada de desprecio que podría atravesar el acero.
—No tienes idea de lo que estás diciendo —dijo Kim, la voz firme pero quebrada—. No puedes deshumanizarla así.
Felix la miró con desdén, como si sus palabras no tuvieran peso. —Cálmate, Kim Jisoo. No estás en condiciones de discutir. Lo que necesitamos son hechos, no emociones.
Kim sintió cómo la ira la consumía, y en un arrebato de desesperación, levantó la mano y le dio una cachetada. El sonido resonó en el aire.
—¡No vuelvas a hablar de ella así! —gritó Kim, su voz cargada de dolor y furia—. ¡No sabes nada de lo que estoy pasando! ¡Nada!
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"Flight 777: Hong Kong Bound" (Chaesoo - Jenlisa)
FanfictionEn las bulliciosas calles de Hong Kong, donde los rascacielos se alzaban como gigantes de concreto y acero hacia el cielo, dos destinos se entrelazaron en un giro del destino. Entre el fragor de la vida urbana, donde las luces de neón destellaban co...