II

4.6K 627 54
                                    

Los años se pasaron demasiado pronto y en ellos pasaron muchísimas cosas. El padre de Yoongi había muerto cuando el apenas tenia dieciocho años, además de eso ya nunca había vuelto a ver al omega bonito del que se había enamorado cuando era pequeño.

Ahora ya tenia veintiocho años, era un hombre echo y derecho, al ser el último hijo debía hacerse cargo de los negocios que dejó su padre, su madre ahora era una mujer amargada casi no sonreía y lo pasaba corrigiendo todo el tiempo, según ella debía ser el alfa perfecto sin ningún error.

Cuando su padre murió, todo en su vida se derrumbo, porque sin su padre las cosas eran diferentes. Su padre siempre lo consentía y lo hacía reír, siempre le daba cosas a escondidas de su madre, lo abrazaba y le decía lo mucho que lo quería, pero lamentable la vida había tenido otros planes y ahora el ya no estaba.

Esa tarde se encontraba solo en su despacho, revisando algunas escrituras, habían personas que le debian dinero a su madre y terminaban pagando con algún terreno, casas o ganado. Quiso estirar un poco las piernas, dejo las escrituras a un lado y salió a caminar, iba a ir al jardín el único lugar en su casa que le hacía feliz y que le traía momentos lindos y llenos de felicidad.

Se dio cuenta que su ama de llaves tenía enfrente a tres esclavos, él no se metía en esas cosas porque no le parecía correcto que esclavizaran a las personas, pero a los ojos de su madre eso era lo correcto.

Estaba apunto de ignorar la situación cuando lo vio, a su omega bonito al amor de su niñez. No le podía quitar la vista de encima, era el, reconocería esos labios abultados en donde sea, no había cambiado nada excepto porque ahora estaba un poco más delgado.

— Joven Min, ¿desea algo? — pregunto la ama de llaves

— Si, que hacen ellos aquí — pregunto, no quería irse quería saber en donde había estado todos esos años su gran amor

— Son los esclavos que estaban en la hacienda que tienen en la isla Jeju, debido a la que están remodelando tuvimos que pasar a los esclavos a las demás casas y ellos estarán aquí, además a usted le hace falta un esclavo personal — explico la ama de llaves

Yoongi se quedó pensando un poco, él jamás había ido a la casa que tienen en la isla, porque el viaje era muy cansando la única vez que fue tenia cuatro años y desde entonces jamás había ido, la única que iba allí era su madre.

— ¿Que harán con los esclavos que no estarán a mi servicio? — pregunto, quería saber que pasaría si no elegía a Jimin, porque a decir verdad no le gustaba mucho la idea de tener al omega como su esclavo personal. No lo mal entiendan es solo que no quería ver a su omega haciendo esas cosas, al contrario quería tratarlo como un rey aunque no se pudiera por el momento

— Pues, serán enviados a otra casa — respondió ella

— No hay problema si elijo a mi esclavo, ¿verdad? — volteo a ver a la ama de llaves

— No joven Min, elija al que usted desee

Yoongi ya sabía a quién elegiría , pero, fingió tomarse el tiempo de elegir. En lo que se tomaba su supuesto tiempo, noto la mirada tan apagada que tenía su amado, se preguntaba, ¿que le había pasado en todo ese tiempo?, para que tuviera la mirada así.

Si él lo recordaba con una mirada llena de brillo, unas mejillas gorditas y ahora estaba más delgado, sus ojos ya no tenian ese brillo.

— Lo elijo a él — señaló a Jimin

— Esta bien joven Min, voy a preparar al esclavo para que este a su servicio — la ama de llaves les señaló a los esclavos que se fueran de allí hacia las casas de esclavos aún estaban un poco apartadas de la casa principal

Yoongi se quedó observando como se iban, en ese momento se propuso devolverle el brillo a los ojitos de su amado, además darle de comer mejor para que ya no estuviera tan delgado y además iba a enamorarlo porque era el amor de su vida.

Aunque si el omega no estaba interesado en él, no lo iba a obligar, aunque lo amara el omega tenía el derecho a ser feliz y no lo iba a atar a la fuerza. Iba a hacer todo lo posible para que el dejara de ser un esclavo, se dio la vuelta y regreso a su despacho.

Por otro lado Jimin, quería sonreír pero no podía. Los esclavos no tenían derecho a sonreír, solo lo hacían cuando estaban solos y nadie los estaba viendo o cuando estaban entre esclavos. Pero si la ama de llaves se daba cuenta era capaz de pegarles por lo que se mantenían serios.

Pero aun así estaba feliz porque el amor de su niñez lo había elegido a él, lo había elegido entre los demás esclavos y eso era increíble. No sabia si su amo se recordaba de él, pero se sentía feliz por servirle y poder estar cerca de él.

— Ya que serás el esclavo personal del joven Min, debes entender que debes hacer todo lo que él quiera. Si el quiere que lo bañes, que lo vistas, que cepilles sus dientes o que cortes las uñas de sus pies lo tienes que hacer sin protestar y sobretodo si el quiere tomarte te tienes que dejar, aunque eso sí no se te ocurra traer un bastardo — le agarro la cara fuertemente a Jimin — porque si se te ocurre quedar en cinta ten por seguro que ese bastardo no será reconocido por el joven y si lo llega a hacer te lo va a quitar y a tu vas a correr con el mismo destino con el que corrieron tus padres. ¿Te quedó claro? — le soltó la cara bruscamente

Jimin asintió. Los esclavos omegas eran los que peor suerte tenían, porque sus amos hacían lo que fueran con ellos y cuando salían en cinta o se cansaban de ellos los mataban o los desechaban como basura junto con los hijos que llegaban a tener, algunos terminaban muriendo de hambre junto con sus bebés.

El omega esperaba que el joven Min no fuera asi, que fuera diferente. Aunque sabía que eso tal vez no era posible porque la mayoría de alfas de alta sociedad eran iguales. 






























¡Gracias por leer!
Si quieren más capítulos dejen sus comentarios  y sus estrellitas
así me motivan a seguir subiendo
más capítulos

MOTIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora