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1. LIV

Empezaba otro año. Va, otro año escolar. Era marzo y teníamos que volver a clases.
Estaba con mi hermana, Bella. Isabella, pero nunca le gustó que la llamen de esa forma.
    - ¿Con qué empezas? -pregunté, no porqué me interesara, sino por el simple hecho de sacar algún tema.
    - Arte. Con el profesor ese barbudo -lo intentó describir, porque no recordaba el nombre.
    - Martínez.
    - Ese. Sí.
Tocó el timbre.
Entré al aula. Vi a Nina y Lucas, mis mejores amigos desde que tengo uso de razón.
Conocí a Lucas cuando tenía 3 años. En jardín. No nos llevábamos muy bien. Todos decían que nos gustábamos, porque nenes chiquitos que se pelean, automáticamente se aman. Y si, nos amábamos, pero no de la forma que todos esperaban.
Nos empezamos a llevar mejor cuando entramos a primaria. Un año después conocimos a Nina. Antes de que nos hiciéramos amigos de ella, yo molestaba a Lucas con que le gustaba, porque ella era una nena hermosa, con ojos color café, una mirada intensa y pelo castaño rojizo, y él no la paraba de mirar. Después entendí que nunca iban estar juntos, porque no se querían de esa forma. ¿Descripción de Lucas? Es hermoso, capaz de enamorar a cualquier persona y llevarse el mundo por delante. Sus ojos son color avellana y su pelo negro intenso. La sonrisa que tiene hace que me derrita de amor cada vez que la veo. Ahora que lo pienso, no sé cómo nunca me enamoré de él. Supongo que simplemente no tenía que suceder de esa forma.
Volviendo a donde estaba. Entré al aula y me senté al lado de Nina. Lucas estaba atrás de nosotras.
    - Liv, ¿viste al chico nuevo? -me preguntó Lucas.
Por cierto, mi nombre es Olivia. La gente que quiero me dice Liv, por cariño.
    - No. ¿Está acá? -dije. Tal vez con un poco de interés, mirando para ambos lados.
    - No, no. Lo vimos en el pasillo con Lu. La directora nos lo presentó y dijo que iba a estar en nuestra clase. Muy lindo, pero no es mi tipo.
    - Definitivamente sí es tu tipo -dijo Lucas mirándome tan fijo que me intimido un poco.
Entró la profesora pidiendo silencio. Entró acompañada de un chico. Era alto, su piel parecía estar bronceada, tenía un tono dorado. Su pelo rubio, un poco despeinado, hacia resaltar sus ojos azules, muy intensos.
Me tiré un poco para atrás, para que Lucas me escuchara.
    - Que bien me conoces -dije apenas lo vi pasar por la puerta.