14. LIV

7 3 0
                                    

  Lo vi salir. Sabía que verme con Thiago no le había gustado. Estaba por salir atrás de él, pero Thiago me frena agarrándome del brazo.
- Liv, no vayas. Acordate lo que hablamos. -me pidió.
- Perdón. Pero tengo que hacerlo. -me solté del agarre y salí corriendo atrás de él.
  Siempre lo hacía. Siempre iba atrás de él. Es cómo que estaba atada a lo que él quería. Y eso me impulsaba a seguirlo cada vez que corría.
- Mateo pará. -digo casi alcanzándolo- No es lo que parece.
- Con vos nunca es lo que parece -se da vuelta y se acerca- ¿Qué es ese olor? ¿Uva?
- Te dije que me gusta ese olor.
- Es el olor de él. Hoy cuando entré a tu cuarto Thiago estaba ahí. No lo puedo creer.
- ¿Qué es lo que no podés creer? ¿Qué tenga amigos? -se me acerca más.
- Que seas tan puta. -no me dejo contestarle. Me pegó. Rápido. No reaccioné. Subí mi mano por mi mandíbula. Ardía- Esto no se va a terminar acá. -se está por ir.
- ¿Y por qué no? -saco mi mano de donde la tenía- ¿Por qué no dejamos todo esto acá?
- ¿Qué? -dice confundido.
- Sabes muy bien de lo que hablo. No me querés. Lo único que disfrutas es tener poder sobre mí, poseerme. Pero yo no puedo más Mateo. Necesito entenderte. -subo mi mano por su cara- Necesito tiempo. No aguanto esto. Ya no. -saca mi mano.
- ¿Para qué querés tiempo? ¿Para ir y acostarte con Thiaguito?
- ¿Qué? No.
- Yo decido cuando esto termina Olivia. Si me dejas, tarde o temprano te voy a encontrar. -me agarra del brazo- ¿me escuchaste? -me tira al piso y se va.
  Thiago estaba ahí. Escuchó y vio todo. Se acerca a mi e intenta levantarme.
- No. Yo puedo sola. -me levanto.
- Solo quería ayudar. ¿Estás bien?
  - ¿Te parece que estoy mal? -me mira- Estoy perfecta Thiago. Mírame. Mejor que nunca, perfecta.
- Liv. -se me acerca.
- No. No quiero que me trates como un cristal, como algo frágil que está a punto de romperse porque no es así. Yo estoy bien. Estoy perfecta. -retengo las lágrimas- Es más, ¿sabes qué? Que se jodan todos. Ya no me importa, -tomo aire, suspiro reteniendo el llanto- Intento ser fuerte pero ya no puedo, solo quiero gritar. Sacar toda la mierda que tengo adentro.
- Grita Liv, hacelo. Y cuando estés lista para hablar yo voy a estar acá.
  Grito. Grito realmente fuerte. Como si con eso todo saliera. Desapareciera. Como si con ese grito todo de repente dentro de mí se reparara. Grito. Pero nada se arregla. Me destruyo. Me rompo. Me desarmo. Las lágrimas empiezan a salir, sin control. Caigo en los brazos de Thiago. Llorando. Gritando. Rota. Simplemente rota. Nos dejamos caer al piso. Me agarra fuerte, con seguridad.
- Está bien. Tranquila. -me abraza fuerte- Déjalo ir.
  Siento como me vuelvo vulnerable en sus brazos. Como se me rompe el corazón.
  Era otro día. Estaba en lo de Thiago. Me había quedado ahí. Su papá se había ido.
  Me despierta con cuidado, con amor. Me da un beso en la nariz, lo siento y me despierto.
- Buen día. -sonríe y yo me incorporo.
- Hola. -me refriego los ojos- Gracias por dejarme quedar acá. En serio.
- No hay de qué. Mientras no esté mi papá, podés venir cuando quieras. -ríe- Liv. -se lame los labios, nervioso y baja la mirada.
- ¿Me vas a hablar de lo de ayer? -me mira y asiente- ¿Querés que te diga la verdad de mi historia con él?   
- Si vos querés contarme. Yo estoy acá para escucharte. -asiento y él sonríe.

Volver a EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora