7am, martes. Estaba en el colegio, había llegado antes. Estaba en el aula adelantando algunas cosas. Llega Lucas.
- ¿Qué onda? -dice mientras se sienta a mi lado y estrechamos las manos en forma de saludo.
- Vine antes para poder adelantar tareas. Estoy en la mierda con el colegio.
- ¿Ahora lo vas a hacer? -ríe- Queda menos de una semana para el receso y el viaje. -hace una sonrisa pícara- ¿Sabes lo que significa eso? Después te preocupas por el colegio. Ahora relaja.
-se tira para atrás y sube los pies arriba de la mesa. Yo río.
- ¿Sabes qué? Tenes razón.
- Siempre.
- Cuando volvamos me preocupo. -sonrío y miro a la puerta esperando que Liv llegue.
Faltaban 5 minutos para que empiece la clase.
- Eu Ni -dice Lucas y Nina se da vuelta- ¿Sabes algo de Liv? No me contestó un solo mensaje ayer.
- A mí tampoco. No me quiere decir que le pasa. -dice Nina y noto preocupación en sus caras.
Entró la profesora de literatura. Empezó la clase y a la media hora entra Liv.
- Perdón. -dice entrando al aula.
- Tarde Davis. Tome asiento por favor. -dice la profesora y Liv se sienta. Me inclino sobre la mesa para acercarme a ella.
- ¿Estás bien? -le pregunto. Tenía los ojos hinchados. No recibí respuesta.
Tocó el timbre. Liv se para, está por salir del aula, pero la frenamos.
- Pará Liv. -dice Lucas y ella se da vuelta- ¿Qué te pasó? ¿Por qué no nos respondes los mensajes?
- Perdón, -dice Liv y baja la mirada- Corté con Mateo. -los tres abrimos los ojos, sorprendidos.
- ¿En serio? -dice Nina sin poder creerlo.
- En realidad, me dejó. -nos mira- Vino ayer y me dijo que se había acostado con mi hermana.
- ¿Con Bella? -Lucas queda boquiabierto y Liv asiente.
- Sí. Me dejó, se fue. Pero no quiero hablar de esto. Voy a comprarme un agua. -empieza a caminar y yo salgo atrás de ella dejando a los chicos atrás. La agarro del brazo para frenarla.
- ¿Estás bien? -la miro a los ojos y le suelto el brazo- Yo sé que no. Pero también sé que no es porque cortaste con Mateo. ¿Qué te pasa Liv?
- ¿Siento una carga menos? Sí. Pero también siento vacío, dolor. No lo tendría que sentir porque es una persona de mierda y ahora... -me mira y hace una pausa. Yo sabía lo que iba a decir- puedo estar con vos. Quiero estar con vos.
- Y yo quiero que vos estés bien. Me encanta la idea de tenerte, de sentirte un poco más mía. Pero también sé que tu corazón no es mío, es de él, por mucho que lo intentes negar.
- Solo necesito tiempo. Para sanar. Para armarme otra vez, sacar fuerzas de donde no las hay. Para no caer otra vez, no romperme otra vez.
- No vas a caer otra vez.
- ¿Y qué si sí? -niego.
- No. Porque voy a estar siempre que me necesites. Voy a evitar que caigas. Y si caes, si llegas a romperte otra vez, voy a atraparte y caer yo primero para que vos no recibas el golpe. -vi en su cara formase una sonrisa triste que al segundo dejé de ver porque me abrazó, fuerte, como si tuviera miedo de que me alejara.
- Gracias. Te quiero Thiago. -sonreí, una sonrisa tonta se formó en mis labios.
Salí del colegio y me fui a mi casa. Volví caminando, fumando y pensando.
Cuando llegué vi a mi papá dormido en el sillón. Tenía a su alrededor botellas de alcohol y bolsitas vacías que antes tenían droga. Se despertó al escuchar el sonido de la puerta cerrar.
- ¡Hijo! ¿Cómo te fue? -se levantó y me dio una leve palmada en la espalda.
- Bien. -hago una sonrisa falsa- Pensé que estabas trabajando.
- Ah sí, eso. Renuncié.
- ¿Qué? -alce las cejas confundido y sorprendido al mismo tiempo.
- Sí, Thiago. No era lo mío.
- ¿Y ahora que se supone que vas a hacer?
- Veré. No sé hijo. Viviremos de la herencia de tu abuelo. -ríe- Lo de trabajar no va conmigo.
- Yo no lo puedo creer. Sos impresentable Daniel. ¿No te da vergüenza?
- Vergüenza me da haberte tenido a vos.
- A mí me da vergüenza tener un papá como vos, si es que se te puede llamar así. -empiezo a caminar a mi cuarto y me doy vuelta- Con mamá esto nunca hubiera pasado. A veces me pregunto ¿por qué no te moriste vos? Lo único que haces es enfermar a la gente, vos la mataste, vos la enfermaste. -entro a mi cuarto, pero me asomo por la puerta para decirle- Ah y... -hago una pausa- Me estoy viendo con los Davis desde que llegamos. -sonrío y cierro la puerta.
Sabía que él iba a hacer algo. Pero no ahora. Iba a esperar el momento perfecto para actuar.
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Volver a Encontrarte
Teen FictionAsí, como hace diez años, hoy, más que nunca, prometo volver a encontrarte.