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31. THIAGO

  Llego a la casa de los Davis y toco timbre, Bruno es quién me abre y me invita a pasar. Me dice que Liv estaba en su cuarto esperándome y que no había nadie en la casa, él se iba con Liam. Subo y entro al cuarto.
- ¿Tanto querías tardar en llegar? No ves que me preocupas. -dice, se le arruga la nariz del enojo y no puedo evitar reír- Encima te reis, no entiendo que es lo que le ves de gracioso.
- Nada Davis. -me acerco y la tomo por la cintura para acercarla a mí- Dijiste que no importaba lo que pase.
- Lo que pase no, pero lo que te pase a vos sí. -me da un beso suave- ¿Y si mañana no vamos al colegio? Y nos quedamos todo el día juntos. -lleva sus manos a mi nuca y me acerca- ¿dale?
- Si me lo pedís así, ¿cómo te voy a decir que no? -la atraigo con cuidado y la beso.
  Hace tiempo no nos besábamos así, hace tiempo no sentía calma en sus labios. Últimamente cada vez que la tenía cerca lo único que sentía era miedo. Pero hoy era diferente, como si me hubiera olvidado de todo. Solo ella y yo. Nosotros. Sentir el sabor de sus besos, sentir su cuerpo, su olor, sentirla. Estaba tranquilo, bien. Estábamos bien.
  Los besos se empezaron a intensificar, y nuestros cuerpos empezaron a pedir más. Las respiraciones y los corazones acelerados. Miradas. Sentimientos. Y esos pequeños momentos en los que me quiero quedar a vivir en ella. Sentirla. Tocarla. Y no dejarla ir. El roce de nuestros cuerpos, besarnos por todos lados, acariciar cada parte de su cuerpo. Hacer el amor.
  Si hubiera sabido que iba a ser la última vez que la iba a tener de esa forma, lo único que hubiera deseado, es hacer ese momento un poquito más largo. Tenerla conmigo, para mí, un poco más. Sentir el tacto de su cuerpo.