11. LIV

6 4 0
                                    

  En estos 4 meses con Thiago nos pusimos al día con todo. Él me contó lo de su mamá, sobre el papá y todo lo que había vivido estos años. Y yo le conté todo lo mío, excepto Mateo. Para él Mateo era mi novio, que me amaba y respetaba. No le había contado la historia detrás de todo. En fin. Nos pusimos al día juntándonos a hablar o mismo por mails. Saber todo lo que vivió me hizo sentirlo cerca, como si nunca se hubiera ido.
  Cuatro de julio. Cumpleaños de Lucas. Mi mejor amigo. Mi alma gemela. Es la persona que mejor me entiende.
  Era sábado. Fui a lo de Lucas y me abrió la mamá. Fui a su cuarto porque seguía durmiendo.
- ¡Arriba! -dije enérgica mientras me tiraba arriba de él- Feliz cumpleaños. -me puse a cantarle el feliz cumpleaños y él solo se quejaba- Dale que hoy se sale. -se da vuelta y me tira de la cama- Aia.
- Que pesada que sos cuando querés.
- Un "hola Liv, amiga de toda la vida, ¿cómo estás?” no vendría mal. Igual yo sé que me querés. -se sienta y yo me subo a la cama- Escúchame, ya tengo todo para hoy a la noche.
- Te dije que no hacía falta.
- Y yo te dije que no me importaba. -sonreí- Dale, cámbiate que nos vamos. -me paro y empiezo a tirar de su brazo.
- ¿A dónde vamos? Es re temprano, déjame dormir. -sigo tirando y cae al piso.
- Merecido. No es temprano, dale. Ponete algo lindo que nos vamos. -salgo del cuarto y veo que pone los ojos en blanco- Te vi. Desubicado. -salgo.
  Salimos de su casa. Nos encontramos con Nina y Thiago y fuimos a almorzar. Thiago ya era parte del grupo. Con Lucas tenían una relación hermosa y yo sonreía cada vez que los veía juntos. Y con Nina peleaban todo el tiempo, sus personalidades chocaban bastante.
  Llegamos al restaurante en el que habíamos reservado mesa. Nos sentamos.
- ¿Va Mateo hoy a la noche? -me pregunta Thiago y yo me encojo de hombros.
- No sabía si querías que lo invite, así que lo dejé para que te encargues vos. -dijo Nina que era quién se ocupaba de los invitados. Yo solo sonreí.
- Bueno -dice Lucas para cambiar de tema porque notó mi incomodidad- Podemos hacer juegos para hoy a la noche.
- Sí. -dice Thiago.
- Que divertido va a ser esto. -dice Nina.
  Pasaron unas 2 horas entre que comimos, hablamos e hicimos sobre mesa. Empezamos a caminar para ir cada uno a su casa. Thiago venía a la mía porque se iba a ver con Bruno.
  Lucas y Nina iban más adelantados, Thiago y yo íbamos algunos pasos más atrás.
- Perdón si te incomodó lo que dije. -me mira- Lo de Mateo. No quise.
- No fue nada. No tenés que pedir perdón. Solo me había olvidado por un momento que tenía que hablar con él.
- ¿Pasó algo? -niego- Si llega a ir y hace algo que te moleste me avisas y voy. -río.
- Gracias. Pero no va a hacer falta.
  Como les dije, yo no le había contado a Thiago sobre Mateo, pero sentía que él lo sabía. O lo presentía.
  Dejamos a Lucas en su casa. Con Thiago entramos a la mía y Nina siguió hasta la suya. Bruno todavía no estaba en casa así que invite a Thiago a pasar a mi cuarto.
- Pasa. -me hago a un lado para que entre.
- Esta cambiado tu cuarto. -ríe y se sienta en la cama- Va, todo. Todo cambió. Tu cuarto. Tu casa. Vos. Nosotros.
- Nosotros cambiamos. Sí, y mucho. Pero para bien creo yo. Todo cambio es para bien.
- No todo. -me siento a su lado y me mira- Un cambio fue haberme ido, y eso no fue para bien. Créeme.   
- Pero pensá que ahora estás acá. Estamos acá. Vivamos el ahora y soltemos el pasado. Ese pasado que nos pesa y lastima.
- Tenés razón. Estamos acá. Juntos. -se acerca. Mi corazón se acelera. Su mano se deslizó hasta mi nuca y me acercó a él. Nuestras miradas se cruzan- Liv. -dice mirando mi boca.
- Liv. -tocan la puerta, nos separamos. Me paro- Soy Bruno, ¿está Thiago ahí?
- Sí amigo. Acá estoy. Dame un minuto. -se para y se pone enfrente mío- Perdón. No sé qué me pasó. Sé que tenés novio y no te quiero causar ningún quilombo. Perdón. -se va.
  No me dejo decir nada. Solo se fue. Me gustaría haberle dicho que siento que se para el mundo cada vez que lo tengo así de cerca. Que siento que solo somos nosotros dos. Que lo necesito conmigo. Otra vez con ese nudo en la garganta. Ese nudo que me provocaban las cosas que nunca digo.
  Me fui a bañar. Hice algunas cosas de colegio y llamé a Mateo.
- ¿Venís entonces? -le pregunto.
- No se todavía. Tengo cosas que hacer.
- Bueno. Avísame por favor.
- ¿Por qué te tendría que avisar? ¿Querés estar con otro hoy a la noche y querés saber si me voy a enterar?
- ¿Qué? No flaco. Es por el número de invitados. -me corta. Le grito al celular y lo tiro. Me agarro la cabeza enojada- Lo odio.

Volver a EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora