12. THIAGO

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  Baje las escaleras. Bruno estaba en la cocina preparando café. Me siento.
- ¿Cómo va todo amigo? -pregunta- Me contó Liv que tu papá no quiere que nos veas. -asiento distraído- Eu. -chasquea los dedos para que le preste atención- ¿En dónde estás?
- Acá. Acá estoy, perdón. ¿Qué me decías? Ah, mi papá. Sí, sí. Me prohibió verlos, no sé por qué. No le hice caso, claramente.
- Me parece perfecto. -ríe- Algún día sabremos que pasó entre ellos. -se encogió de hombros.
- ¿Me esperas un segundo? Creo que me olvidé algo arriba. Ya vuelvo.
  Subí las escaleras corriendo. En mi cabeza solo estaba ella. Entré a su cuarto sin tocar la puerta. Se da vuelta y me mira.
- ¿Pasó algo? -me preguntó.
  Me acerque hacia ella. Agitado. Con el corazón en la garganta. Deslicé mi mano hacia su nuca y la acerqué a mí. Sus labios chocaron con los míos. La besé. No sólo con la boca. Con todo mi cuerpo. Hundió sus manos en mi pelo y yo baje con suavidad mis manos hasta sus caderas. Pegándola más a mí. Profundizando el beso, buscando más. Un poco más. Lo único que hacía era pensar en ella y en lo bien que sabían sus labios. Me alejé un poco y sonreí. Liv me volvió a buscar, con suavidad. Me dejé llevar, encontrar por sus labios.
  No sé cuánto estuvimos así, tan juntos, tan perdidos. Se escucha un grito desde abajo. Bruno gritando que llegó Mateo.
- Mierda. -dice Liv mientras se separa de mí, mis manos seguían en sus caderas- Te tenés que esconder. -me mira- Por favor.
- Sí. ¿A dónde voy? -señala el armario- Si vos decís. -me encojo de hombros y me meto. Liv lo está cerrando cuando entra Mateo.
- Que olor a uva hay acá adentro. -dice Mateo.
- Me encanta el olor a uva. -sonrío desde el armario. Me sentí un tonto.   
- Te venía a avisar que no voy a poder ir al cumpleaños de Lucas.
- Ay que bajón.
- ¿Me estas boludeando?
- ¿Qué? No.
- Más te vale. No voy a ir, pero acordate que me entero de todo. Y sabes que no te conviene portarte mal. -escucho la puerta cerrarse y Liv viene a abrirme la puerta del armario.
- Te tenés que ir. -me dice tirando de mi brazo para que me pare.
- ¿Así tratas a tus invitados vos? -se mordió el labio inferior para evitar sonreír- Está bien, me voy. Pero ¿te veo hoy a la noche?
- Sí. Nos vemos allá. -sonríe y le doy un beso suave en los labios.
- Qué bueno que te gusta el olor a uva. -salgo y siento su sonrisa en mi nuca.
  Besar a Liv fue distinto. Nunca había sentido un cosquilleo en el estómago cuando besaba a alguien. Nunca había sentido "vértigo". Sentía que él corazón salía de mi cuerpo para ponerse en sus manos. Me dolía besarla sabiendo que no existía un "nosotros". Me dolía besarla sabiendo que mi corazón era de ella, pero el suyo de alguien más.
Bajé las escaleras. Vi a Bruno con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Qué pasó ahí arriba? -preguntó en un tono juguetón.
- No. Nada -me siento en el sillón- El novio de Liv es medio cuida, ¿no?
- Tóxico.
- ¿Qué? -lo miro.
- No es cuida. No permitir que nadie se le acerque a Liv no es de cuida. -se sienta a mi lado- Pero yo no soy quién para opinar. Si querés saber, le tendrías que preguntar a ella.
- Sí. Un día la vi golpeada, después de hablar con él. ¿Creés que Mateo tenga algo que ver con eso? Es decir, siempre lo sospeché. Pero... -no me dejo terminar.
- Habla con ella Thiago. -lo miro y asiento.
  Estaba en mi casa. Eran las 22:00hs y me estaba preparando para ir a lo de Lucas. Lo único en lo que podía pensar era en ella. Lo único que podía sentir era a ella. 
- ¿Necesitas que te lleve a algún lado? -preguntó mi papá asomándose por la puerta y yo negué- Bueno. Me voy. Así que cualquier cosa que necesites, no me llames. -se va y yo pongo los ojos en blanco.
  Cada día hablaba menos con mi papá. Casi ni nos veíamos. Era un fantasma en mi vida. El problema era cuando se ponía molesto y preguntaba dónde había estado. Yo no le podía decir que estuve con los Davis ni nada que tenga que ver con ellos. A veces me preguntaba qué pasaría si se entera. Si supiera que mi corazón le pertenece a Olivia Davis.

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