28. LIV

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  Fuimos a lo de Nina. Estábamos los 4 juntos hablando. Les contamos que nos pusimos de novios, ambos se alegraron por nosotros.
- ¿Cómo se llama? -le pregunte a Lucas cuando nos contó que se seguía viendo con la chica del viaje.
- Se llama Lena. Me llena un montón estar con ella, estoy enamorado de cada parte de ella. -responde con una sonrisa.
- No puedo creer que no nos contaste antes. -dice Nina.
- Prioridad tenemos nosotros. -digo y río.
- Ya sé. Perdón, es que no estaba seguro de lo que me pasaba. Pero me encanta pasar tiempo con ella, escucharla reír. Me hace bien.
- Me alegro por vos amigo. -dice Thiago- Se nota que la querés, se te ilumina a cara cuando la nombras.
  Seguimos hablando. Comimos unas pizzas y pedimos helado. Nos pusimos a ver una película, que dejamos de ver a los minutos, cuando empezamos a jugar una guerra de almohadas. Pocos minutos después nos empezamos a tirar con agua. Reímos, nos divertimos. Caímos al sillón completamente cansados.
  Thiago pone una canción. Estira su mano y la tomo. Empezamos a movernos de un lado a otro al ritmo de la música. Nuestros cuerpos pegados, el uno con el otro. Sus manos en mi cintura y las mías alrededor de su cuello. Mi cabeza apoyada en su pecho con una sonrisa inmensa. Toma mi mano y me da una vuelta, río, lo miro a los ojos, llenos de luz. Volvemos a la posición que estábamos. Bailando, cargados de emoción.
  Paso una semana. Estábamos en el colegio. Thiago llegó una hora después, tenía marcas por toda su cara. Terminó la hora y fuimos al baño. Levantó su remera y me mostró que no solo tenía marcas en la cara, las tenía por todo el cuerpo, estaba lleno de golpes.
- ¿Qué te pasó? -acerco mi mano con miedo a sus heridas- Amor, -lo miro- ¿quién te hizo eso?   
- Estoy acostumbrado a esto. Te lo quería mostrar para decirte que mi papá ya empezó a actuar. La tenemos difícil mi vida.
- No. -niego- No va a pasar nada. Vamos a lograr pararlo, no voy a poder soportar que te pase algo.
- No sé hasta dónde puede llegar. Así que quiero que me escuches con atención. -mis ojos recorrían las heridas de su cara- Yo voy a poner tu vida antes que la mía. -niego.
- No Thiago, no digas eso. No te va a pasar nada.
   - Escúchame, por favor, escúchame. Daniel no soporta verte. Ni a vos ni a tus hermanos. Lo único que te pido es que tratemos de no estar cerca cuando él esté.
- ¿Qué me estás pidiendo? -mi ceño se frunce en forma de confusión- No te voy a dejar, si es lo que me estás pidiendo. Vas a pasar por lo que estás pasando, conmigo. No te pienso perder otra vez.
- No me vas a perder, yo eso te lo prometo. Pero lo único que necesito ahora es que vos estés bien, y si él te tiene cerca, no vas a estarlo. Davis, lo único que te estoy pidiendo es no vernos afuera del colegio.
- ¿Vos te estas escuchando? No, Thiago. No te voy a dejar de ver por miedo, no voy a cometer en mismo error que mi papá. -abre los ojos en forma de sorpresa- Sí, encontré la carta tirada en mi cuarto. No sé va a volver a repetir la historia. No me voy a volver a separar de vos. Es incoherente lo que me estas pidiendo. Y si vos no me querés ver, voy a ir yo a verte. A mí no me da miedo tu papá.
- A mí sí. No quiero que te pase nada.
- Y no me va a pasar nada. -pongo mis manos alrededor de sus mejillas- Tenemos que enfrentar las cosas juntos, de la mano. No pienso dejarte ir otra vez. Te amo Thiago.
  Me daba miedo, sí. Pero el terror de volverlo a perder era mucho más fuerte.

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