- Es que fue muy raro, muy bueno. -le dije a Bruno. Estábamos sentados en la mesa de la sala de casa tomando un té.
- ¿Bueno? Estuvo con Bella, Liv.
- Sí, Bruno. Ya sé. A lo que voy es que, no sé, lo noté raro. No sé si arrepentido, pero algo parecido.
- Tal vez se dio cuenta. -negué- ¿Qué sabés? En algún momento te amó, tal vez recordó ese sentimiento. No sé Liv, no te voy a negar que es rara la forma tan tranquila en la que lo hizo, y que después de prohibirte dejarlo, lo haya hecho él. Pero, no sé tal vez quiere arreglar las cosas.
- Las cosas nunca se van a arreglar, nunca lo voy a perdonar. Me arrebató de mí misma. No quiero su perdón, solo quiero a mi "yo" de antes. La que podía confiar.
- Obvio que no lo vas a perdonar, porque te hizo mierda. Pero soltar eso que te hizo mal, soltarlo a él. La vida te va a dar mil golpes, te va a cagar a golpes. Pero vos sos fuerte, Liv, pasaste por mil cosas y seguís de pie. No cualquiera puede hacer eso.
- Ya no sé de dónde sacar fuerzas.
- De vos, de adentro tuyo. Sos la persona más fuerte que conozco, es una de las cosas que más admiro de vos. No te das por vencida por más rota que estés. Y este es un ejemplo, porque vas a salir adelante y ahora mejor que nunca. -me sonríe. Sonríe seguro.
Bruno además de ser mi hermano, es mi mejor amigo. Es una de las personas más importantes en mi vida. Según mi mamá, mi primera palabra fue "Bru" lo cual es improbable, pero yo elijo creerle. Lo que sí sé con seguridad es que fue la primera persona que quise realmente. Fue mi primer amigo, mi primer compañero.
Pasaron los días. Terminamos la semana y el viernes al salir del colegio fuimos a almorzar con los chicos. Pasó el fin de semana con una salida al boliche, Lucas, Thiago, Bruno y yo, Nina no es mucho de salir.
Lunes 13, viajábamos, viaje de egresados. Mi papá fue quién me llevó al aeropuerto. Estábamos en el auto.
- Hija. -dice y yo lo miro- Me enteré lo de Mateo y Bella. -estaba por hablar, pero no me dejó- Yo fui quién habló con él, le pedí que no se te vuelva a acercar. No voy a permitir que alguien te haga mal. Perdón si no fue lo correcto, lo único que quiero es verte bien... -no lo dejé seguir, lo abracé.
- Gracias pa. Te quiero muchísimo. -lo abracé más fuerte, quería que sepa que no tenía nada por lo que disculparse.
Bajamos las valijas y entramos. Hice el check in y vemos a Thiago acercarse con Daniel.
- Álvaro. -dice Daniel en tono de saludo- Olivia.
- Hola. -digo y mi papá solo asiente con una sonrisa, falsa.
- Me contó Thiago que se están viendo desde que empezó el año. -asiento- Me alegra que se hayan reencontrado. -noto falsedad en su voz.
- Tenemos que embarcar. -dice Thiago queriendo salir de ahí, yo asiento.
- Sí. Nos tenemos que ir. -respondo.
- Un placer haberlos visto otra vez. -dice el papá de Thiago- Estaría bueno juntarse a charlar y ponernos al día. -le dice a Álvaro.
- Sí. -sonríe- Estaría bueno.
Me despido de mi papá dándole un abrazo. Embarcamos y lo pierdo entre la multitud. Estábamos sentados esperando el vuelo. La empresa con la que viajábamos nos había acomodado a todos en un mismo lugar.
- Va a ser un viaje inolvidable. -dice Lucas- ¿Sabes la cantidad de cosas que voy a hacer? -río.
- Me imagino. Viaje de egresados para vos siempre significó descontrol.
- Sexo, droga, alcohol y descontrol. -me corrige.
- Vas a quedar dado vuelta la primer noche, -dice Nina- yo la voy a pasar perfecto riéndome de vos.
- Yo lo banco, -acota Thiago- es una sola vez en la vida, hay que disfrutarlo.
- Vamos a disfrutarlo. -digo- Va a ser el viaje de nuestras vidas.
- Encima, -dice Lucas sonriendo- estamos los 4 solteros, podemos hacer lo que queramos sin pensar en nadie. -me mira- Podemos y vamos a hacer lo que queramos.
- ¿Sin pensar? -pregunta Nina.
- Sin pensar. -le respondemos los tres al unísono.
Subimos al avión, asientos de a dos. Me senté con Nina y Thiago con Lucas adelante nuestro. Pasó una hora de vuelo, quedaba una más. Lucas y yo nos habíamos quedado dormidos.
- Nina. -asoma Thiago la cabeza por arriba del asiento- ¿Me cambias de lugar? -sonríe tierno y Nina asiente. Cambian- Gracias. -me mira dormida y sonríe. Me da un beso en la nariz para despertarme.
- ¿Llegamos? -abro los ojos.
- No. No. -sonríe- Hola. -le devuelvo la sonrisa- Falta una hora todavía, solo quería hablar con vos.
- ¿Pasó algo? -me reincorporo.
- No, nada. Solo que... Ahora vamos a estar lejos de todo y todos. Podríamos intentarlo.
- Thiago...
- No, ya sé. Ya sé que necesitas tiempo y todo, pero, Liv te quiero y quiero estar con vos.
- ¿Pensás que yo no? Me muero de ganas de darte un beso. Me muero de ganas de tocarte, sentirte. Pero no te quiero lastimar por no estar lista.
- Te entiendo, te juro que lo hago. Pero ya no puedo resistir tenerte cerca y no poder besarte. Tenerte cerca y sentirte lejos. -deslizó su mano hacia mi nuca- Quiero besarte Liv. Voy a besarte. -me acercó a él y me besó, cubrió mis labios con los suyos. Intenso, cálido. Subí mis manos hasta su cuello acercándolo más, profundizando el beso, necesitando más. Era un beso cargado de deseo, intensidad. Separe nuestros labios quedando aún juntos, nuestras frentes juntas.
- Que pase lo que tenga que pasar, dejémonos llevar. Este viaje es nuestro y vamos a hacer con eso lo que queramos. -me da un beso suave y luego hace lo mismo en mi nariz. Apoyo mi cabeza sobre su hombro.
- Te quiero. -dice y una sonrisa llena de amor se formó en mis labios.
Me dormí en su hombro. Llegamos a Bariloche. Fuimos hasta el hotel y nos dio tiempo para comer apurados y cambiarnos antes de la primera fiesta.
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Volver a Encontrarte
Teen FictionAsí, como hace diez años, hoy, más que nunca, prometo volver a encontrarte.