Bajamos. Hice café para los dos. Nos sentamos uno de cada lado de la mesa. Empieza a hablar y yo la escucho con mucha atención.
- Bueno. -se acomoda y empieza a hablar- Estoy con Mateo hace ya dos años. Empezamos a salir cuando yo pasé a 2do de secundaria y él a 3ro. Yo era una nena. Lo sigo siendo, pero en ese entonces no era lo que es ahora. Era muy chica y vino un chico que me pintó el mundo color rosa, un chico que me quería y yo, tan tonta, me dejé querer. Me dejé meter en esa burbuja perfecta. -sonríe, la sonrisa más falsa que vi en mi vida- ¿Cómo pude ser tan estúpida? A los meses de salir empezaron los problemas. Él era muy celoso, demasiado. Lo sigue siendo, pero antes no estaba preparada. Un día le pedí una tarea a Blas ¿viste Blas? -asiento- Bueno, él me vio y no pudo controlarse. Me pegó. Y se disculpó. Prometió no volverlo a hacer. Le creí. Yo en serio lo amaba Thiago. Era la única persona de la que había estado enamorada después de... -se queda callada y la miro. Evita el tema y sigue- Estaba ciega de amor. Entonces lo perdoné. No una ni dos veces. Mil veces lo perdoné. Tenía alguna especie de esperanza en él, porque sentía que no era así y solo era que estaba enojado. No sé. -niega- Pensaba que lo conocía. Pero no era así. Después fue empeorando. Salía de fiesta, venía a mi casa borracho, me cogía y se iba, y mientras lo hacía no me paraba de repetir que era suya. Así todos los fines de semana. Empezó a ser controlador con todos mis movimientos que "¿dónde estás?" "¿qué haces?" "¿con quién estás?" siempre igual. Siempre que intento salir de ahí es peor. Cuando Bruno o Lucas se meten se vuelve más violento. Ya no me pide perdón, solo se va y me deja ahí. El año pasado se acostó con Hera. Dos veces. No me pidió perdón. Lo único que dijo fue que me lo merecía por no darle lo que quería. Y no fue la única vez que me engañó. -se encogió de hombros- Pase de ser su novia, a ser su diversión. Y me dolía, me duele. Me duele que por más roto que esté mi corazón, no se puede olvidar de él. Quiero que llegue alguien que agarre cada pedacito de mi corazón -veo como empiezan a caer lágrimas por su cara- cada pedacito que esta tirado por ahí, uno por uno, y me ayude a unirlo. A arreglarlo y salir adelante. -me paro y voy a su lado. La abrazo. Siento como mi hombro se moja por sus lágrimas. Pero no me importaba. Sólo quería verla bien. Feliz.
- El corazón se rompe Liv, en mil pedazos. Y duele, muchísimo. Pero tenés que seguir adelante, porque por más tonto que suene, sana. El tiempo lo sana todo. -se separa y me mira, las lágrimas no dejan de caer.
- ¿Y si el tiempo no me sana? -intenta limpiarse las lágrimas, pero era inútil, salían sin control de ella.
- Sí. Sana. -sonrío y le acaricio la mejilla- Y estoy seguro que va a llegar ese alguien que agarre todos los pedacitos del rompecabezas. Y lo arme con mucho amor y cuidado. -me abraza, fuerte. Como si mi abrazo la pudiera sanar.
Lágrimas. Instantes. Ella. Y corazones rotos.
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Volver a Encontrarte
Teen FictionAsí, como hace diez años, hoy, más que nunca, prometo volver a encontrarte.