22. LIV

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  Desperté con el ruido de un coordinador tocando la puerta para despertarnos. Abrí los ojos y vi a Thiago en el baño lavándose los dientes. Me levante, agarre su camisa, me la puse y camine hacia él. Lo abracé por atrás y sonreí.
- Buen día. -dijo al sentir el contacto de mis manos con su pecho.
- ¿Cómo dormiste? -se dio vuelta, me miró y sonrío. Mis manos seguían alrededor de su cuerpo.
- Nunca mejor. -puso sus manos alrededor de mi cara y me acercó a él para darme un beso suave- Quisiera quedarme todo el día así.
- Me encantaría.
- Tenemos toda la vida por delante. -sonríe- Anda a cambiarte y nos vemos abajo.
- Me llevo tu camisa. -abro la puerta.
- Más te vale que me la devuelvas. -dice y yo salgo riendo.
  Entré a mi habitación. Sale Nina del baño.
- Parece que alguien tuvo fiesta anoche. -ríe y se sienta en la cama.
- Cállate. -sonrío y me siento a su lado- Estuve con Thiago, sí. Fue hermoso, distinto.
- ¿Distinto?
- Sí. No fue solo sexo. No fue como lo que siempre tuve con Mateo. Fue distinto. Mejor. Sentí por primera vez en mi vida que estaba haciendo el amor. Thiago fue hermoso conmigo, me cuido muchísimo.
- ¿Te cuido? -asiento y hace una pausa- ¿Se cuidaron?
- Sí amiga. Sí, me cuidó. Sí, nos cuidamos. -me sonríe- Y después nos quedamos ahí abrazados y no sé... tenía como la sensación de querer quedarme ahí con él para toda la vida.
- Es hermoso esto que me contas. Me encanta verte así, me alegra que Thiago haya reaparecido en tu vida.
- Siento que poco a poco estoy haciendo mi vida un poco más feliz, más como siempre quise.
  Nos cambiamos y hablamos un poco más. Me dijo que Lucas había dormido en la habitación de la chica de la noche pasada y sonreí al pensar en la felicidad de él. Bajamos y nos sentamos a desayunar con Lucas y Thiago.
  Terminamos y fuimos a "Piedras Blancas" pasamos toda la tarde ahí. Cuando empezó a anochecer nos sentamos y miramos el atardecer.
- Es hermoso. -digo mirando caer el sol.
- ¿Yo? -pregunta Thiago y me mira, yo sonrío.
- También. -lo miro- Pero no hablaba de vos. -vuelvo la vista al sol- Siempre me gustó mirar el amanecer o el atardecer. Me parece.. -hago una pausa y lo miro- hermoso.
- Siempre te gustó el cielo. Todo lo que tenga que ver con eso. Cuando éramos chicos nos tirábamos en el patio de mi casa a mirar las estrellas, ¿te acordás? -sonrío y asiento.
- O las nubes, y jugábamos a ver diferentes formas en ellas. -me detengo en su mirada, me quedo en ella- Al final, creo que no perdimos tanto tiempo. El tiempo no está perdido, lo podemos recuperar.
- Lo vamos a recuperar, Davis. Es una promesa. -me da un beso en la nariz y apoyo mi cabeza en su hombro.
  El sol terminó de desaparecer y la luna tomó su lugar. Volvimos al hotel y tomamos una ducha. Bajamos a cenar y nos dijeron que vayamos a cambiarnos que teníamos que ir al boliche. Cuarta noche.

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