𝟶𝟷

326 41 8
                                    

Doyoung siempre había sido una persona que capturaba la atención sin esfuerzo. Con su piel de porcelana y esos ojos tan bonitos, no era de extrañar que la industria de la moda se rindiera a sus pies. Sin embargo, tras esa apariencia impecable se escondía un alma atormentada, un omega atrapado en un matrimonio que no eligió por amor, sino por conveniencia y presión social.

Doyoung conoció a Soohyuk durante una de las innumerables cenas de gala que su agencia organizaba para los modelos más destacados. En esa época, Doyoung estaba en la cúspide de su carrera y había recién firmado un contrato con una de las casas de moda más prestigiosas de Seúl. Soohyuk, un alfa influyente en el mundo empresarial, asistía como invitado especial. Aquel encuentro, envuelto en un ambiente de opulencia y superficialidad, fue el comienzo de una relación que cambiaría la vida de Doyoung para siempre.

Soohyuk era todo lo que se esperaba de un alfa en la alta sociedad: carismático, exitoso y con una presencia que llenaba cualquier habitación. Poseía una empresa multinacional y su rostro era conocido en todos los eventos importantes de la ciudad. Cuando conoció a Doyoung, quedó inmediatamente fascinado por la belleza y la gracia del joven omega. Su primer acercamiento fue tan sutil como directo; una conversación banal sobre la última colección de moda rápidamente se transformó en un cortejo que culminó en un compromiso impulsado más por la atracción y la conveniencia que por el verdadero amor.

El matrimonio de Doyoung y Soohyuk fue un evento fastuoso, cubierto por todas las revistas de alta sociedad. Celebrado en un lujoso salón de un hotel cinco estrellas, la ceremonia estuvo repleta de celebridades y figuras influyentes. A pesar de la pompa y la circunstancia, Doyoung no pudo evitar sentir un vacío profundo en su corazón. El amor verdadero y la conexión emocional estaban ausentes, sustituidos por un pacto silencioso de mantener las apariencias.

El primer año de matrimonio fue una mezcla de momentos de alta presión y fugaces instantes de paz. Soohyuk, aunque protector y proveedor, era también controlador y tenía expectativas claras de cómo debía comportarse su omega. Doyoung, por su parte, encontraba consuelo en su trabajo y en su pequeño círculo de amigos que conocían su verdadera naturaleza y los retos que enfrentaba.

La llegada de su hijo fue un rayo de luz en una vida marcada por la conformidad y la resignación. El bebé, con su mezcla perfecta de los rasgos de Doyoung y Soohyuk, se convirtió en el centro del mundo de Doyoung. Sin embargo, la alegría de ser padre no fue suficiente para llenar el vacío que sentía en su matrimonio...

🎞️

Era una mañana de domingo, y el sol se filtraba a través de las cortinas de la elegante pero fría casa que compartían Doyoung y Soohyuk. El omega, con ojeras marcadas por las noches de insomnio y preocupación, preparaba el desayuno mientras su hijo jugaba en la sala. El sonido de la cafetera llenaba el silencio incómodo de la cocina.

Soohyuk entró con su presencia imponente, vestido impecablemente incluso en un día de descanso. Se sentó en la mesa sin siquiera saludar a Doyoung, y tomó su tablet para revisar las noticias.

-Buenos días, Soohyuk. ¿Qué te gustaría para el desayuno? Preparé algunas tostadas y huevos.- Dijo Doyoung con voz suave, tratando de mantener la paz.

-Tostadas están bien. Asegúrate de que el café esté fuerte. Sabes que odio el café aguado.- Escupió sin apartar la vista de la pantalla.

-Claro, ya está casi listo.- Respondió forzando una sonrisa

El omega sirvió el desayuno en silencio, sintiendo el peso de la indiferencia de su esposo. Colocó el plato frente a Soohyuk y se sentó a su lado, esperando algún gesto de agradecimiento que nunca llegó.

Soohyuk, sin levantar la mirada de pronto rompió el silencio: -¿A qué hora tienes tu sesión de fotos hoy?-

-A las diez. Será una sesión larga, pero regresaré para la cena.-

-Asegúrate de no llegar tarde. Ya sabes lo que pienso sobre tu falta de puntualidad.- le dijo mirándolo con frialdad.

-Sí, lo sé. Seré puntual.- Asintiendo, tratando de no mostrar su desánimo.

El silencio volvió a instalarse entre ellos, solo interrumpido por los sonidos de su hijo jugando en la sala. Doyoung miró a su esposo, buscando algún vestigio del hombre con quien se casó, pero todo lo que encontró fue una fachada de desdén y control.

-Deberías empezar a considerar menos trabajo. Es inapropiado para un omega con un hijo estar tanto tiempo fuera.-

-Lo consideraré...- Sintiendo un nudo en la garganta

Soohyuk se levantó sin una palabra más, dejando a Doyoung solo en la mesa, con una mezcla de frustración y tristeza. Su hijo, ajeno a la tensión, corrió hacia él y se subió en su regazo, arrancándole una sonrisa genuina que iluminó por un momento su rostro cansado.

Susurrando mientras abrazaba a su hijo le dijo: -Todo estará bien pequeño...-

Después de interactuar y jugar un rato con su bebé, Hangyul, Doyoung volteó hacia la pared de la cocina y vio el reloj que marcaba que faltaba más o menos una hora para que saliera a su sesión de fotos.

-Pequeño, papá tiene que ir a trabajar pronto. ¿Quieres ayudarme a elegir qué camisa me pongo hoy? - dijo con una sonrisa, tratando de disipar la tensión que sentía en su pecho.

El niño asintió con entusiasmo y corrió hacia el armario junto a su padre. Juntos seleccionaron una camisa elegante y un par de pantalones que Doyoung reservaba para las ocasiones especiales. Mientras se cambiaba, el omega no pudo evitar sentirse un poco triste al pensar en el contraste entre su vida profesional glamorosa y su vida personal desgastada.

Una vez listo, Doyoung se miró en el espejo, ajustando algunos mechones de cabello fuera de lugar y asegurándose de que su maquillaje fuera impecable. Por un momento, se permitió soñar con un futuro en el que no tuviera que fingir ni ocultar quién era realmente. Sin embargo, ese pensamiento fue rápidamente sofocado por la realidad implacable de su situación actual.

Justo cuando estaba a punto de salir, Soohyuk entró a la habitación con una expresión sombría en el rostro.

-¿De verdad vas a usar eso para la sesión de fotos? Pensé que habíamos acordado que necesitas presentarte de manera más profesional.-

Doyoung sintió cómo su confianza se desvanecía al escuchar las palabras de su esposo.

- Lo siento. Pensé que esta camisa era adecuada. ¿Quieres que me cambie?

-No tienes tiempo para cambiar. Solo asegúrate de no hacer el ridículo frente a los fotógrafos. No necesito que arruines nuestra reputación con tu falta de estilo.- Escupió para después salir de la habitación.

El omega tragó saliva, luchando contra la oleada de emociones que amenazaban con abrumarlo. Con la cabeza gacha, asintió en silencio antes de salir de la habitación, sintiéndose más desanimado que nunca.

Con un suspiro resignado, Doyoung se despidió de Hangyul y se dirigió hacia la puerta, con la determinación de enfrentar otro día en el mundo de la moda, donde su imagen perfecta era más valorada que su verdadera felicidad.

Luz 𝓎 Sombra ᩡ   ݂ jaedo ׄ   ׅ   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora