Doyoung se despertó sintiendo un peso inmenso en su pecho. La pesadilla de la noche anterior aún estaba en su mente, envolviéndolo en una neblina de tristeza y desorientación. Se levantó de la cama con movimientos lentos y pesados, sintiendo como si cada paso fuera un esfuerzo titánico.
Bajó las escaleras y se dejó caer en el sofá de la sala, sin rumbo ni propósito. No pasaba nada por su mente; el tiempo parecía haberse detenido, y no se dio cuenta de cuánto había pasado hasta que sintió las lágrimas resbalando por sus mejillas. Llevó una mano a su rostro y se sorprendió al encontrarla húmeda. La sensación lo devolvió a la realidad, al menos parcialmente.
—¿Por qué estoy llorando? — murmuró para sí mismo, aunque en el fondo sabía la respuesta.
Sacó su celular del bolsillo, esperando distraerse, pero al desbloquearlo, un widget le mostró un recuerdo de hace un año. La foto que apareció le golpeó el corazón con la fuerza de un mazo. Era una imagen de él y Hangyul desayunando waffles. El pequeño sonreía con la boca llena de chocolate y fresas, sus ojos brillando de felicidad.
Doyoung recordó vívidamente ese día. Hangyul había probado los waffles por primera vez y se había enamorado de ellos. Desde entonces, se habían convertido en una tradición en sus desayunos. Incapaz de resistirse, Doyoung abrió la galería de su teléfono y comenzó a sumergirse en las fotos de Hangyul. Cada imagen era un tesoro de recuerdos, pero también una puñalada en el alma.
—Te extraño tanto, mi pequeño... — susurró, con la voz rota.
Las imágenes lo llevaron a recordar su antigua rutina. Despertarse temprano, ir a la habitación de Hangyul, asegurarse de que hubiera dormido bien, de que no necesitara nada. Su cuerpo actuó por instinto, y antes de darse cuenta, sus pies lo llevaron a la puerta de la habitación que había prometido no abrir. Su mano temblorosa giró la perilla, y la puerta se abrió con un leve chirrido.
El interior de la habitación estaba congelado en el tiempo. Juguetes desparramados por el suelo, peluches caídos desde la cuna. La visión lo golpeó con una ola de dolor tan intensa que tuvo que apoyarse contra el marco de la puerta para no caer. Recordó las veces que había regañado a Hangyul por dejar todo desordenado, las veces que había recogido esos mismos juguetes y peluches, sin saber cuánto extrañaría hacerlo.
—Hangyul... — sollozó, cayendo de rodillas sobre la alfombra.
Cada rincón de la habitación contaba una historia. El pequeño coche de juguete que Hangyul amaba empujar por toda la casa, el oso de peluche al que había bautizado "Teddy" y que llevaba a todas partes, incluso a la hora de dormir. Las lágrimas de Doyoung caían sin control, empapando la alfombra bajo él.
Se acercó a la cuna, ahora vacía y fría, y dejó que sus dedos recorrieran los barrotes de madera. Recordó cómo Hangyul se agarraba de esos mismos barrotes, mirándolo con ojos llenos de amor y confianza.
—Papi... — susurró Doyoung, recordando la voz dulce de su hijo.
Se sentó en el suelo junto a la cuna, abrazando el pequeño peluche que había caído al lado. La sensación de peluche contra su piel era reconfortante y desgarradora a la vez. Se permitió llorar, liberar el dolor acumulado, dejar que la tristeza lo envolviera por completo.
Las horas pasaron sin que Doyoung se diera cuenta. La habitación, llena de recuerdos, parecía ahogar su dolor en un abrazo silencioso. Su mente viajaba a esos días felices, a las risas y juegos, a las noches de cuentos y abrazos. Pero cada recuerdo venía acompañado de la cruel realidad: Hangyul ya no estaba, y nada podría traerlo de vuelta.
Finalmente, se levantó, sintiendo como si un pedazo de su alma hubiera quedado en esa habitación. Cerró la puerta con suavidad, como si temiera despertar un fantasma. Se apoyó contra la pared del pasillo, tratando de recuperar el aliento.
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Luz 𝓎 Sombra ᩡ ݂ jaedo ׄ ׅ
FanfictionEn un mundo donde los roles de alfa, beta y omega determinan las dinámicas sociales, Doyoung, un omega talentoso y exitoso, se encuentra atrapado en un matrimonio infeliz con Soohyuk, un alfa dominante. A pesar de la opresión en su hogar, Doyoung en...