Luz 𝓎 Sombra ᩡ ݂ jaedo ׄ ׅ

𝟸𝟶

Doyoung se quedó esperando, mirando fijamente a Jungwoo y Jaehyun, esperando que alguno de los dos dijera algo. El silencio se volvía insoportable, y al ver que ninguno se decidía a hablar, soltó un suspiro y sonrió, aunque sus ojos mostraban una tristeza profunda.

—Bien, ya entendí que era cosa de ustedes —dijo Doyoung con una sonrisa tensa—. Entonces me voy.

Jungwoo, que conocía a Doyoung demasiado bien, sabía que estaba hirviendo por dentro. No podía dejar que se marchara así.

—Doyoung, espera —dijo Jungwoo, corriendo tras él—. Nosotros te diremos, pero primero tenemos que salir de aquí, Jaehyun y tú vienen a mi casa. No dejaré que vayan a cualquier otro lugar ahora.

Doyoung miró a su amigo, notando la seriedad y la alarma en su rostro. Aunque estaba confundido y preocupado, asintió, viendo cómo Jungwoo se alejaba para comunicarle a todos que, por órdenes de Jaehyun, sus labores habían terminado por el día.

Jaehyun, al ver a Doyoung allí, se acercó rápidamente. Sin decir una palabra, lo abrazó con fuerza, un abrazo que parecía contener las palabras no dichas. Doyoung, sorprendido al principio, sintió su corazón acelerarse. Pero, a pesar del shock inicial, lentamente levantó los brazos y devolvió el abrazo.

En ese momento, ambos encontraron un pequeño consuelo en la proximidad del otro, aunque la tormenta de emociones y las palabras pendientes aún los rodeaban.

Poco después, Jungwoo regresó, su rostro aún mostrando preocupación.

—Jaehyun, por favor, llévanos a tu casa en el auto lo más rápido posible —dijo con firmeza—. No quiero que estemos aquí más tiempo.

Jaehyun asintió, soltando suavemente a Doyoung pero manteniendo su mano.

—Vamos —dijo, guiándolos hacia el auto. Por primera vez, salieron por la puerta trasera, subieron al auto de Jaehyun y salieron disparados a casa de Jungwoo.

Durante el trayecto, Doyoung, por pura curiosidad, miró hacia atrás y vio cómo los paparazzis seguían en la entrada, molestando a algunos de los fotógrafos. Esa visión lo espantó bastante, ya que empezaba a suponer cosas negativas que podrían tener que ver con él o con Jaehyun. Su mente se llenó de preguntas y temores sobre lo que los paparazzis podrían haber captado y cómo eso podría afectar a todos ellos.

Jaehyun, notando la preocupación en el rostro de Doyoung, apretó su mano con fuerza.

—No te preocupes —le dijo suavemente—. Estamos juntos en esto.

Doyoung asintió, tratando de calmarse, pero el miedo seguía presente en su corazón. Sabía que lo que estaban a punto de enfrentar no sería fácil, pero también sabía que no estaba solo.

El camino fue silencioso y tenso, un silencio que Jungwoo rompió cuando se asomó entre los dos asientos delanteros solo para apuntar y gritar:

—¡Es aquí! —al llegar a su casa.

Se estacionaron y bajaron del auto, siguiendo a Jungwoo hacia la entrada. Doyoung casi nunca venía a casa de Jungwoo, pero cuando lo hacía se sentía bastante feliz, ya que era muy bonita.

Entraron y Jungwoo fue a su cuarto, pero después volvió para, ahora sí, sentarse en los sillones. Los dos chicos se notaban muy nerviosos, lo que hacía que Doyoung se sintiera más asustado cada vez. Todo estaba tan silencioso que cuando Jaehyun carraspeó, ambos chicos pegaron un brinco, asustados.

—Emmm, Doyoung, quizá no estés enterado de lo que estamos por decirte, y... en realidad nosotros tampoco lo estábamos hasta que Jungwoo llegó. Queríamos decirte esto después, pero no queríamos que te enteraras por alguien más... —dijo Jaehyun mientras lo tomaba de las manos, intentando evitar temblar.