Luz 𝓎 Sombra ᩡ ݂ jaedo ׄ ׅ

𝟸𝟿

— Él sospecha que lo tienes tú, Jaehyun, y yo también lo hago —dijo Hoshi, mirándolo fijamente.

— ¿Estás loco, verdad? ¿Cómo voy a tener al hijo de Doyoung en mi casa? —dijo Jaehyun indignado—. Es más, entra y observa cada maldita habitación, no hay nada, ¡joder!

Hoshi suspiró, su frustración palpable en el aire. Empezó a caminar lentamente antes de sentarse en el sofá, sus movimientos deliberados y llenos de cansancio.

— Mierda, es que tú no cooperas. Literalmente me contactaste después de verme aquella noche en el bar y todo, ¿para qué? Para que yo siguiera hablando con Soohyuk. Él solo sería un rollo de una noche y tuve que soportar estar con él por meses solo porque tú me habías pagado. En este punto, esperaría cualquier cosa de ti.

— ¿Y eso qué carajos tiene que ver, Hoshi? ¿Qué tiene que ver lo que dijiste con un maldito secuestro? ¿Te das cuenta de lo que dices? —Jaehyun estaba visiblemente irritado, su voz resonaba en la habitación vacía.

Hoshi rió amargamente.

— Vaya, ahora yo soy quien no se da cuenta de las cosas, ¿no?

— ¿De qué hablas?

— De que me estás reclamando a mí por no darme cuenta de las cosas, pero tú no te das cuenta de que yo te quería a ti.

— ¿Qué? —dijo Jaehyun, atónito—. ¿De qué hab-...?

Ni siquiera pudo terminar de hablar cuando ya tenía a Hoshi besándolo apasionadamente y encima de él. La sorpresa y la confusión se apoderaron de Jaehyun. En ese punto de su vida, sabía que no estaba bien, pero jamás le sería infiel al amor de su vida. Con esfuerzo, apartó a Hoshi y le pidió que se fuera de su casa.

Hoshi, enojado, se quedó ahí, viéndolo aún de espaldas y dijo con voz amarga:

— Deberías de agradecerme que vine a decirte esto. Ten cuidado, Jaehyun, porque él tiene sus ojos sobre ti.

Jaehyun se quedó en silencio, su respiración agitada y su mente trabajando a toda velocidad. Hoshi se fue, dejando un vacío y una sensación de peligro. Cada palabra de Hoshi resonaba en su mente, recordándole que, aunque sus planes parecían perfectos, siempre había factores imprevistos, y ahora, la atención estaba sobre él.

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— Es que yo sé que él puede estar involucrado, Doyoung, solo date cuenta de cómo te mira —gritó Soohyuk, la voz rota por la angustia.— Estoy seguro de que ese tipo es un psicópata.

— Te entiendo, entiendo completamente que estás desesperado por encontrar a nuestro hijo, pero no puedes ir por la maldita vida culpando a todos, Soohyuk. Jaehyunnie jamás me haría eso.

— ¿Jaehyunnie? —dijo Soohyuk, confundido mientras veía a Doyoung de espaldas.

— Déjame en paz.

— Doyoung, ven acá —gritó Soohyuk—. ¡Doyoung! —y lo vio desaparecer por las escaleras.

Desesperado, Soohyuk se frotó la cara y se pasó las manos por el cabello, sintiendo cómo su mundo se derrumbaba a su alrededor. Observó un rato hacia afuera, viendo cómo el clima empeoraba y la lluvia caía fuertemente. La imagen de su hijo perdido en esa tormenta le heló el corazón. Tomó sus llaves, un impermeable y una sombrilla, y salió de casa, golpeando fuertemente la puerta al salir.

Jaehyun observaba la dramática escena desde su computador, sus ojos fijos en las pantallas que monitoreaban cada movimiento. Sabía que el siguiente paso estaba programado para otro día, pero el pobre tonto de Soohyuk se había adelantado demasiado. No quería hacerlo, pero tenía qué.