Doyoung despertó y vio que Jaehyun ya no estaba ahí. La habitación aún se veía oscura, como si fueran las 7 p.m. Miró su celular y sonrió al darse cuenta de que había tenido razón, pues siempre adivinaba la hora con solo ver el cielo. Revisó sus mensajes y vio que no tenía ni uno. Así que envió un mensaje a Jaehyun para preguntar a dónde había ido, pero se sorprendió al ver que apenas le llegó el mensaje, este se desconectó. Segundos después, oyó pasos subiendo las escaleras y la puerta se abrió de par en par, dejando ver a Jaehyun parado ahí, luciendo asustado.
—Hola, Jaehyunnie. ¿Todo bien?— preguntó Doyoung, preocupado.
—S-sí, todo bien. ¿Qué pasa? ¿Tienes hambre?— preguntó Jaehyun, acercándose para abrazarlo.
—Mmmm, un poco. ¿Cocino algo?—dijo Doyoung, haciendo ademán de levantarse.
—No, bonito. Estás en mi casa, así que yo cocinaré— dijo Jaehyun, dándole un beso en la frente. Luego se inclinó y susurró al oído de Doyoung— además, sigues desnudo. No quieres que las empleadas te vean así, ¿o sí?
Doyoung se sonrojó y se cubrió con las sábanas, haciendo reír a Jaehyun.
—Ya vuelvo, mi vida— dijo Jaehyun sonriendo antes de salir de la habitación.
Doyoung se quedó acostado y cerró los ojos por un rato. De repente, su celular vibró, pero estaba tan cómodo que no quiso moverse para responder. Sonó durante unos minutos y se apagó.
Poco después, Jaehyun regresó con una bandeja de comida y un jugo de naranja.
—Ya he comido mientras dormías, perdón por no esperarte, cielo— dijo Jaehyun, dejando la bandeja en la cama— come bien y bébete el jugo, debes tener sed— agregó, dándole un beso en los labios y sentándose a observarlo comer.
Doyoung comenzó a comer y terminó rápido, pues todo estaba deliciosamente familiar. Se sentía como si no hubiera probado bocado en días, lo cual lo avergonzaba un poco, ya que se suponía que solo había dormido unas horas.
Le devolvió la bandeja a Jaehyun, quien lo miraba fijamente con una sonrisa. Vio cómo salía de la habitación, así que volvió a acostarse, dispuesto a esperar a que Jaehyun regresara para hablar sobre lo que le estaba taladrando la cabeza. Sin embargo, Jaehyun se tardaba demasiado. Se sentía tan aburrido por esperarlo que empezó a sentir los ojos pesados y cómo todo se oscurecía. Decidió dormir un poco más, confiado en que Jaehyun lo despertaría cuando fuera tarde.
Entre sueños, escuchó cómo su celular sonaba indicando una llamada. Intentó moverse, pero no pudo, así que se sumió en un sueño profundo y pesado.
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Doyoung despertó de nuevo, sintiéndose extrañamente cansado. La luz que entraba por la ventana indicaba que era otro atardecer, pero su mente estaba confusa. ¿Cuántas veces había despertado ya?
—Buenos días, dormilón— dijo Jaehyun, entrando en la habitación con una sonrisa.
—¿Qué hora es?— preguntó Doyoung, frotándose los ojos.
—Son las 7 p.m., justo como ayer— respondió Jaehyun, acercándose a la cama con un nuevo plato de comida.
—¿Ayer?— Doyoung frunció el ceño, tratando de recordar. Todo parecía borroso.
—Sí, ayer. ¿Te sientes bien?— Jaehyun lo miró con preocupación fingida.
—Sí, solo... siento que he dormido mucho— dijo Doyoung, tomando el plato que Jaehyun le ofrecía.
—Has estado cansado últimamente, tal vez necesitas descansar más— dijo Jaehyun mientras lo observaba comer.
Después de comer, Doyoung revisó su celular nuevamente y vio que tenía varias llamadas perdidas de Jungwoo. Sintió una punzada de preocupación, pero Jaehyun lo tranquilizó.
—Le dije a todos que habías salido de viaje, así que no te preocupes. Solo están preocupados porque no has contestado— explicó Jaehyun.
—Ah, entiendo— dijo Doyoung, aunque algo no cuadraba en su mente. ¿Viaje? No recordaba haber salido de la ciudad.
Esa noche, mientras Doyoung dormía nuevamente, su celular volvió a sonar. Esta vez, Jaehyun lo apagó por completo, asegurándose de que nadie pudiera contactar a Doyoung.
Tres días habían pasado desde que Doyoung había empezado a dormir más de lo habitual, aunque él no tenía noción del tiempo.
Jaehyun lo adormecía con algo en la comida para que no se fuera, manteniéndolo en un estado de somnolencia constante.
Mientras tanto, Jaehyun había avisado a todos, usando el celular de Doyoung, que este había salido de viaje. Borraba todos los mensajes, pero Jungwoo tenía una mala espina y seguía llamando.En la penumbra de la casa, Jaehyun se movía con sigilo, asegurándose de que Doyoung estuviera bien adormilado. Se acercó a la cama y miró a Doyoung dormir, su expresión tranquila bajo la influencia de los sedantes.
—Eres mío, Doyoung. Solo mío— murmuró Jaehyun, su voz suave y posesiva.
Bajó a la cocina y preparó otra dosis, mezclándola cuidadosamente con la comida. Miró el celular de Doyoung, revisando los mensajes eliminados. La persistencia de Jungwoo comenzaba a irritarlo, pero debía mantener la fachada.
Subió de nuevo con la comida y despertó suavemente a Doyoung.
—Cielo, despierta. Traje tu cena— dijo Jaehyun, su voz dulce y calmada.
Doyoung abrió los ojos lentamente, sintiéndose pesado y desorientado. Comió en silencio, cada bocado cargado con la sustancia que lo mantenía en ese estado.
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Al final del tercer día, Doyoung finalmente se sintió lo suficientemente despierto como para querer regresar a su casa. Jaehyun lo llevó hasta la puerta y lo despidió con un beso.
—Cuídate, mi vida. Llámame cuando llegues— dijo Jaehyun con una sonrisa.
Doyoung asintió y salió, sintiéndose extraño. Al llegar a su casa, Hangyul corrió hacia él.
—¡Papá, te extrañé mucho!— exclamó Hangyul, abrazándolo con fuerza.
—Pero si solo me fui unas horas, bebé— respondió Doyoung, confundido.
Soohyuk, que estaba cerca, frunció el ceño. Algo no estaba bien, pero no dijo nada, aún en el proceso de reconciliarse con Doyoung.
Esa noche, mientras Doyoung dormía, Soohyuk no pudo evitar sentirse inquieto. Había algo en los últimos días que no cuadraba, y estaba decidido a averiguar qué era.
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Mientras tanto, Jaehyun estaba en su habitación secreta, observando las fotos de Doyoung. Cada imagen, cada detalle, era un recordatorio de lo que había hecho y de lo que estaba dispuesto a hacer para mantener a Doyoung solo para él.
Se acercó a su computadora y revisó las cámaras de seguridad que había instalado en la casa de Doyoung, asegurándose de que no hubiera sospechas. Miró las fotos de Doyoung dormido, algunas tomadas en ángulos que solo él conocía.
—Eres solo mío— murmuró para sí mismo, su voz resonando en la oscuridad.
La obsesión de Jaehyun se intensificaba con cada día, alimentada por su necesidad de control y su deseo de mantener a Doyoung cerca, sin importar las consecuencias.
El contraste entre la luz y las sombras de su vida con Doyoung se hacía cada vez más evidente, reflejando la oscuridad de sus acciones y la aparente normalidad que mostraba al mundo exterior.
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Luz 𝓎 Sombra ᩡ ݂ jaedo ׄ ׅ
FanfictionEn un mundo donde los roles de alfa, beta y omega determinan las dinámicas sociales, Doyoung, un omega talentoso y exitoso, se encuentra atrapado en un matrimonio infeliz con Soohyuk, un alfa dominante. A pesar de la opresión en su hogar, Doyoung en...