Luz 𝓎 Sombra ᩡ ݂ jaedo ׄ ׅ

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—¡Papá, mira! ¡Puedo saltar muy alto! — exclamaba Hangyul, dando brincos por toda la sala.

—¡Muy bien, campeón! — respondía Soohyuk, riendo mientras intentaba atrapar a su hijo en pleno salto.

De repente, Hangyul se detuvo en seco y miró a su papá con una expresión de sorpresa y miedo. —¡Papá! ¡Mis dientes! — gritó, llevando las manos a su boca.

Doyoung se acercó rápidamente, preocupado. —¿Qué pasa, Hangyul? — preguntó, tratando de calmarlo.

Hangyul abrió la boca y Doyoung vio cómo los dientes del pequeño empezaban a caerse, uno tras otro, sin parar. La desesperación y el miedo comenzaron a apoderarse de Doyoung mientras intentaba consolar a su hijo, pero no sabía qué hacer.

—Tranquilo, Hangyul, todo estará bien— decía Doyoung, aunque su voz temblaba de incertidumbre. —No te preocupes, papá está aquí.

Pero el llanto de Hangyul solo aumentaba, llenando el aire con una angustia desgarradora. Doyoung sintió cómo su propio corazón se rompía al no poder ayudar a su hijo. El pequeño se desvanecía en sus brazos, sus gritos haciéndose cada vez más agudos y desesperantes.

De repente, el escenario cambió. Doyoung se encontró en una piscina, observando cómo Jaehyun nadaba con Hangyul. Parecían felices, riendo y jugando en el agua. Pero algo no estaba bien. Doyoung podía sentirlo.

—¡Jaehyun! ¡Hangyul! — gritó, tratando de llamar su atención, pero su voz parecía no llegar a ellos.

De pronto, Hangyul comenzó a ahogarse. Sus pequeñas manos agitaban el agua desesperadamente mientras sus ojos buscaban ayuda. Doyoung se lanzó a la piscina, nadando lo más rápido que podía, pero el agua parecía volverse cada vez más espesa.

—¡Jaehyun, ayúdalo! — gritó Doyoung, su voz llena de desesperación.

Jaehyun, sin embargo, se quedó quieto, observando la escena sin moverse. Doyoung llegó finalmente hasta Hangyul, tratando de sacarlo del agua, pero sus manos no podían agarrarlo. Todo se volvía más y más borroso mientras el llanto de Hangyul resonaba en sus oídos.

—¡No! ¡No, por favor! — gritaba Doyoung, sintiendo cómo su mundo se desmoronaba.

El llanto de Hangyul se volvió más fuerte, más desgarrador. Las manos de Doyoung se hundían en el agua, tratando de sujetar a su hijo, pero era como si estuviera hecho de humo. Cada vez que lograba alcanzarlo, Hangyul se desvanecía de nuevo, dejándolo con las manos vacías y el corazón roto.

—¡Jaehyun, por favor, haz algo! — imploraba Doyoung, su voz ahogada por el llanto y la desesperación.

Pero Jaehyun simplemente sonreía, una sonrisa fría y distante que hacía que la piel de Doyoung se erizara. Finalmente, Jaehyun se acercó, pero en lugar de ayudar, tomó a Hangyul y lo hundió más en el agua. Doyoung gritaba, luchando con todas sus fuerzas, pero era inútil.

De pronto, Doyoung despertó con un sobresalto. Estaba en su cama, sudando y con el corazón latiendo con fuerza. Las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras su mente intentaba procesar la pesadilla que acababa de vivir.

—Hangyul... Jaehyun... — murmuró entre sollozos, cubriéndose el rostro con las manos.

Jaehyun, que estaba a su lado, se despertó al oírlo y se acercó rápidamente. —Doyoung, ¿qué pasa? ¿Estás bien? — preguntó, preocupado, tomando sus manos.

Doyoung lo miró con ojos llenos de dolor y confusión. —Tuve una pesadilla horrible... Hangyul... sus dientes... y luego en la piscina... él se ahogaba y tú no hacías nada... — dijo entre lágrimas, su voz quebrándose.

Jaehyun lo abrazó con fuerza, acariciando su cabello para consolarlo. —Shhh, tranquilo, fue solo una pesadilla. Estoy aquí contigo.— susurró, tratando de calmarlo.

—Pero se sintió tan real... — dijo Doyoung, aferrándose a Jaehyun como si temiera que también él pudiera desaparecer.

—Lo sé, lo sé— dijo Jaehyun, besando su frente. —Las pesadillas pueden ser muy intensas, pero no son reales. Estoy aquí, siempre estaré aquí para ti, Doyoung.

Doyoung se relajó un poco en sus brazos, sintiendo el calor y la seguridad que Jaehyun le ofrecía. —Si no estuvieras aquí me volvería loco— susurró, cerrando los ojos y permitiendo que la tranquilidad lo envolviera de nuevo.

—Entonces eso no pasará jamás — respondió Jaehyun, abrazándolo más fuerte, con una sonrisa posesiva que Doyoung no pudo ver. "Siempre estarás conmigo, Doyoung, pase lo que pase," pensó para sí mismo, decidido a proteger su relación a cualquier costo.

Mientras la noche avanzaba, Doyoung finalmente se quedó dormido de nuevo, con la cabeza apoyada en el pecho de Jaehyun.
Jaehyun, por su parte, permaneció despierto un rato más, vigilando a Doyoung y asegurándose de que estuviera bien, antes de cerrar los ojos y permitir que el sueño lo reclamara una vez más.