𝟷𝟷

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El trayecto de regreso a casa fue una mezcla de emoción y nerviosismo para Doyoung y Jaehyun.
Después del beso apasionado en los vestidores, se sentían como dos adolescentes que acababan de descubrir el amor, con el corazón lleno de alegría y el estómago lleno de mariposas.
Cada roce casual de sus manos enviaba escalofríos por sus espinas, y cada mirada compartida estaba cargada de significado y deseo.

Cuando finalmente llegaron a la casa de Doyoung, Jaehyun bajó del auto y corrió hacia la puerta para abrirle a Doyoung, quien lo recibió con un abrazo afectuoso.

-Gracias por hoy, Jaehyun. Realmente disfruté nuestra sesión de fotos y poder conversar contigo.- dijo Doyoung, sonriendo ampliamente.

-Yo también lo hice. Eres increíble-respondió Jaehyun con una sonrisa radiante.

Se desearon buenas noches con sonrisas y sonrojos, conscientes de que no se verían de nuevo hasta dentro de dos días, que para ellos eran una eternidad.
Antes de que Doyoung ingresara a su hogar, se despidió con un beso tierno, pero luego, con una mirada juguetona, le tomó la cara a Jaehyun para robarle otro beso más.

-Nos vemos pronto -murmuró Doyoung contra los labios de Jaehyun antes de entrar a su casa.

Una vez dentro, Doyoung encontró a Haechan jugando en el tapete de la sala con su bebé Hangyul. La alegría en su rostro no pasó desapercibida para Haechan, quien lo miró con curiosidad y preocupación.

-¿Qué pasa? Pareces de muy buen humor -preguntó Haechan, levantando una ceja con escepticismo.

Doyoung sonrió, acercándose al tapete y admirando a su bebé con cariño. —Solo estoy feliz de estar en casa con mi hijo- respondió con sus ojos brillando con amor.

-Ya veo-dijo Haechan, devolviéndole la sonrisa-. Pero parece que algo más te tiene muy contentito, eh.-

-Bueno, tal vez estoy un poco emocionado por lo que sucedió hoy en el trabajo -admitió Doyoung, sintiendo un rubor en sus mejillas.

Haechan arqueó una ceja con curiosidad, pero decidió no presionar a Doyoung más de lo necesario. Se levantó y le preguntó si quería algo de cenar.

-No te preocupes por mí, Haechan. Puedes irte a casa si quieres, yo cuidaré a mi cachorro- dijo Doyoung, tratando de sonar convincente.

Y eso extrañó a Haechan, pues él tenía que quedarse hasta la noche según las órdenes de Soohyuk.
Sin embargo, Doyoung le explicó que Soohyuk estaba muy ocupado en el trabajo y no volvería a dormir hoy, de nuevo.
Haechan quedó bastante confundido, pues según había oído por parte de su novio Mark, quien también era modelo pero para la marca de Soohyuk, en esos meses jamás tenían trabajo, o al menos no tanto como para no poder llegar a casa.
Pero sin decir nada, recogió sus cosas y después de despedirse de ambos, se fue de la casa de Doyoung.

Después de despedirse de Haechan, Doyoung pasó el resto de la noche cuidando a Hangyul. Bañó al bebé con suavidad, disfrutando de cada risita y chapoteo del pequeño.

-¡Mira qué bien lo estás haciendo, Hangyul! Eres el bebé más lindo del mundo -exclamó Doyoung con una sonrisa mientras jugaba con él en la habitación.

Juntos construyeron torres de bloques y jugaron con juguetes coloridos, riendo y disfrutando del momento. Doyoung canturreaba suaves canciones de cuna mientras mecía a Hangyul en sus brazos, disfrutando de la tranquilidad del momento.

Después de asegurarse de que Hangyul estuviera cómodo y seguro en su cuna, Doyoung se apoyó en esta, mientras observaba a su bebé descansar.

-Sabes, Hangyul? A veces la vida puede ser un poco complicada -comenzó a decir Doyoung en voz baja, para no despertar a su pequeño con sus palabras ahora llenas de pesar-. No siempre sé qué decisiones tomar o si estoy haciendo lo correcto.

Después de ver cómo el pequeño se acomodaba en otra posición para seguir durmiendo, Doyoung sonrió y besó su frentecita, para luego salir al balcón de su habitación.

El cielo nocturno se extendía sobre él, lleno de estrellas brillantes que parecían susurrar secretos ancestrales. Una sensación de culpa empezó a inundarlo, pesando sobre sus hombros como un manto oscuro.

Pensó en Soohyuk, en cómo su esposo ni siquiera podía llegar a casa debido a su agitada agenda de trabajo, mientras él se permitía el lujo de besarse con Jaehyun.

-¿Estoy haciendo lo correcto?-

El brillo de las estrellas parecía perder su resplandor mientras Doyoung se sumía en sus pensamientos, preguntándose si había tomado las decisiones correctas y empezando a creer que en verdad el problema no era nadie más, sino él.

Luz 𝓎 Sombra ᩡ   ݂ jaedo ׄ   ׅ   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora