Luz 𝓎 Sombra ᩡ ݂ jaedo ׄ ׅ

𝟺𝟶

Yuta y Jackson bajaron a desayunar a una cafetería local, una pequeña y acogedora esquina donde el aroma del café recién hecho llenaba el aire. Tomaron asiento junto a una ventana y pidieron su desayuno.

—Necesitamos un plan —dijo Jackson, tomando un sorbo de su café—. No podemos irnos sin saber nada.

—Estoy de acuerdo —respondió Yuta, mirando el menú—. Pero primero, café.

Mientras esperaban su orden, ambos planeaban como encontrarían a los amigos de Doyoung. Justo cuando sus desayunos llegaron a la mesa, Yuta notó algo extraño.

—Espera... ¿ese no es Johnny? —preguntó, señalando discretamente a un hombre alto que acababa de entrar—. ¡Es él!

En un acto reflejo, ambos se agacharon y tomaron los periódicos que estaban en la mesa al lado, ocultándose detrás de ellos, hasta que a Yuta se le ocurrió que Johnny lo reconocería por lo que utilizó a jackson para que lo mirara mientras él se escondía por completo.

—¿Qué hacemos? —susurró Jackson detrás del periódico—. No podemos perderlo de vista.

—Síguelo, pero con discreción —respondió Yuta, todavía oculto.

Johnny recogió su orden y se dirigió hacia la puerta. Yuta y Jackson se levantaron apresuradamente para seguirlo. Apenas habían salido cuando un empleado salió corriendo detrás de ellos.

—¡Oigan! ¡No han pagado! —gritó el empleado.

Yuta y Jackson se detuvieron bruscamente, se miraron el uno al otro y regresaron apresuradamente a la cafetería.

Jackson llegó corriendo y le tapó la boca con la mano al empleado que les había gritado— silencio, ¿no ve que estamos siguiendo a un hombre?—dijo regañándolo en voz baja; Yuta lo miró con los ojos bien abiertos por confesar eso como si nada por lo que lo interrumpió.

—Lo siento, lo siento, aquí está el dinero—dijo Yuta, entregando un billete al cajero.

Después de resolver el asunto, salieron nuevamente a la calle y buscaron a Johnny con la mirada. Lo vieron a lo lejos y corrieron al auto para alcanzarlo, manteniéndose a una distancia segura.

—¡Casi lo perdemos por no pagar! —dijo Jackson, jadeando.

—Lo sé, lo sé, pero al menos aún lo vemos —respondió Yuta, también tratando de recuperar el aliento.

Lo siguieron a través de la ciudad, manteniéndose lo más discretos posible. Finalmente, Johnny llegó a un barrio alejado, mucho menos concurrido. Se escondieron detrás de unos remolques mientras lo veían tocar la puerta de una casa pequeña y sacar la bolsa con la comida que había comprado.

—Parece que esa comida es para muchas personas —dijo Yuta, observando la gran cantidad de bolsas.

De repente, una pequeña discusión dentro de la casa llamó su atención. Jackson miró a Yuta, sus ojos llenos de sospecha.

—Creo que esos son ellos —dijo Jackson—. Esos chicos jóvenes, deben ser Jungwoo y Haechan.

—¿Estás seguro? —preguntó Yuta—. ¿Cómo los conoces?

Se miraron el uno al otro, dándose cuenta de que ninguno de los dos sabía exactamente cómo lucían Jungwoo y Haechan.

—No me jodas Jackson—se quejó Yuta, tirando de su cabello.

—¡Mira! Johnny se va —interrumpió Jackson, viendo cómo Johnny regresaba a su auto.

Esperaron a que este se alejara lo suficiente antes de acercarse a la casita. Con cautela, caminaron hasta la puerta y, después de asegurarse de que no había nadie alrededor, tocaron la puerta.