La mocosa

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Capítulo 5

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Capítulo 5

POV Fernando

Mi nombre es Fernando Thompson, mi padre dirige el grupo Thompson, un importante conglomerado. Cuando tenía aproximadamente 8 años de edad mi padre me comprometió con la hija de su amigo que acababa de nacer, en mi mundo es algo común que se haga ese tipo de cosas, por lo que no fue importante para mí.

Durante mi adolescencia y mi juventud tuve muchas novias, nunca nada serio hasta que conocí a Paola.

La conocí en una fiesta, definitivamente con mi estatus, no me es difícil conocer mujeres bellas y Paola definitivamente lo era, pero eso no fue lo que me impresionó de ella, sino que fue su inocencia, lo dulce que era en poco tiempo terminé perdidamente enamorado de ella.

Mi relación con mi padre siempre fue buena, cuando le presente a Paola esta le cayó muy bien al principio, pero poco tiempo después comenzó a oponerse a nuestra relación, le dije que planeaba casarme con ella, pero este se opuso rotundamente, incluso me amenazó con dejarme sin un peso, creí que solo necesitaba tiempo para pensarlo y terminaría aceptando mi boda con Paola, pero no pude estar más equivocado.

Un día llegó y me dijo que en un mes me casaría con la mujer que me había comprometido cuando tenía 8 años, le dije que eso era ridículo, que no pensaba hacerlo, que yo amaba a Paola, pero poco le importó, me dijo que sí no me casaba con la tal Isabella me dejaría en la calle sin un peso, no me importó, mi amor por Paola era más grande.

Estaba furioso, cuando salí de casa de mi padre y me dirigí donde Paola le conté lo que estaba sucediendo, esta se puso muy molesta con mi padre, pero después me dijo que tenía que aceptar ese matrimonio, que no me podía quedar sin nada, que nosotros podíamos seguir juntos aún y cuando fuera el momento me divorciaría y nos casaríamos, seríamos felices y mi padre tenía que aceptarlo, yo sabía que la salud de mi padre ya no era la misma, había estado preocupado por eso, pero a la vez eso me dio la esperanza de que cuando él ya no estuviera yo podría ser feliz con Paola.

Llegó el día de la boda, no conocí a Isabella hasta ese día, cuando la vi atravesar la puerta pude ver a una hermosa niña, realmente era muy bonita, parecía una muñeca, en sus ojos había ilusión, era tímida y como no si apenas tenía 18 años, no podía compararla con mi hermosa Paola, su cuerpo me volvía loco, en cambio, Isabella si tenía lo suyo para su edad, pero no eran comparables.

Terminó la pesadilla de la boda, papá compró una casa para que viviera con la niña, ella se esforzaba por agradarme un montón, pero como toda niña rica no sabía hacer nada, pensé que era tan estúpida y hueca que no había aprendido siquiera a ser ama de casa que es lo básico que les enseñan a las niñas de clase alta, a ser buenas esposas.

A veces me parecían tiernos sus intentos de hacer las cosas, pero no podía dejar de pensar en Paola, un día cuando estaba bebiendo en mi despacho Isabella entró y me preguntó si estaba bien, la verdad extrañaba tanto a Paola, pero no puedo negar que Isabella es linda y tuve un gran impulso de besar sus lindos labios color cereza, se veían deliciosos así que lo hice, a la mañana siguiente la vi dormida en un sillón cercano al mío, no pude evitar recordar lo que hice, que me pasa, no puedo desilusionar a Paola, así que la desperté a gritos y la eché inmediatamente, después llamé a Paola y le pedí que viniera a vivir conmigo, no podía estar más tiempo lejos de ella y así lo hizo, no podía estar más feliz, hasta que un día Isabella me exigió que escogiera entre ella o mi amada, la respuesta fue lógica, me di cuenta de que un par de horas después Isabella se había marchado no sin antes insultar a Paola quien entró muerta en llanto por todo lo que le había dicho Isabella, esa niña malcriada.

No me costó tanto encontrarla, ya que uno de mis chóferes fue quien la llevó a un departamento, debía ser de su familia así que me dirigí ahí, estaba tan furioso por todo lo que le dijo a Paola que no me contuve y le di una bofetada, ella cayó al piso por el impacto, hasta yo me sorprendí por la acción, jamás había golpeado a una mujer, tuve el impulso de disculparme y ayudarla, pero me contuve, mejor me marché de ahí.

No volví a saber de Isabella, la verdad lo que hiciera con su vida no me importaba, seguramente se había ido de viaje y a gastar dinero con sus amigas como toda niña mimada, lo único que me importó es que yo era feliz con Paola, lo único malo es que lo nuestro no podía ser público, me acompañaba a los eventos y nos divertíamos juntos, pero jamás podía ser captada junto a mí por los fotógrafos.

Después de varios años ya nos habíamos acostumbrado a eso y mi papá al parecer estaba muy enfermo lo que me dio la esperanza de que pronto iba a poder ser libre para estar con Paola solo era cuestión de tiempo, me había encargado de que los medios me vieran como un esposo comprensivo al dejar que mi esposa se quedara siempre en casa, fue la mejor manera que encontré para justificar la ausencia de la mocosa, hasta que un día todo cambió.

Recibí una invitación como de costumbre a unos premios para mi esposa y para mí mi, quien me iba a acompañar en la mesa era Paola aunque yo tenía que desfilar por la alfombra roja e interactuar con los periodistas, no podía hacer esto con Paola, ella siempre me esperaba dentro del evento, se presentaba como Isabella Thompson y pasaba sin problemas, teníamos años haciendo eso, la gente de la sociedad sabían que Paola no era Isabella, pero nadie nunca se atrevió a presentar una queja.

Ese evento parecía igual a otros, cuando bajé de mi auto de repente sentí que alguien tomó mi brazo, era una hermosa mujer, su cara se me hacía familiar, yo estaba en shock, era diferente a Paola, pero había algo en esta mujer que la hacía ver más hermosa, no sabía explicar que me quedé un momento helado y reaccioné hasta que esta habló, era Isabella, tenía una mirada imperturbable, no se parecía a la niña de hace 6 años, tenía decenas de fotógrafos frente a nosotros por lo que cuando ella me hizo caminar no pude más que seguirle el juego, yo seguía atónito, cuando empezó a hablar con los periodistas inventó una extraña historia sobre sus estudios y ser doctora. Al entrar al evento la confronté, pero está seguía manteniendo la calma y la postura, me había olvidado de Paola, de no ser porque esta llegó histérica con que la querían echar del evento y haciendo un escándalo, antes de que yo pudiera decir algo para arreglar la situación Isabella se adelantó y la amenazó con llamar a seguridad por intentar suplantarla, además, me amenazó con exponerme ante los medios si me iba con Paola, su mirada era penetrante, no estaba bromeando con lo que decía, no me quedó de otra que decirle a Paola que se fuera, eso me iba a salir caro tendría que compensarla y sabía que me iba a costar un par de millones hacerlo.

No pude evitar sorprenderme por la forma en la que Isabella se desenvolvió en el evento tan natural, incluso habló con otros invitados extranjeros en su idioma, sé que la mocosa es de la Familia Castriotti y son igual o incluso más poderosos que nosotros, no es de extrañar que sepa idiomas, seguramente viajó por el mundo y para gastar dinero con propiedad tuvo que aprender.

Pude notar como atraía la mirada de los presentes en especial de los hombres, debe de estar acostumbrada a saltar de cama en cama porque ni siquiera se molestó, yo también debo admitir que la mocosa creció bien, tenía todo en su lugar, era una mujer muy atractiva y ese vestido resaltaba sus atributos sin ser vulgar, deseché ese pensamiento al pensar en mi dulce Paola, debe estar muy molesta.

Cuando salí del evento lo hice con Isabella, subimos juntos a mi auto, y mientras las cámaras nos captaban tenía una sonrisa en el rostro, se mostraba cariñosa a tal punto que cuando salíamos del evento no dudó en besarme, los fotógrafos captaron todo, por alguna razón no me pude resistir.

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora