¿Me estás invitando?

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Capítulo 16

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Capítulo 16

Salí tarde del hospital, entré en casa, justo acababa de cerrar la puerta cuando esta se volvió a abrir de manera brusca, lo que me asustó.

Era Fernando, lo traía su chófer, al parecer venía ebrio, no me interesaba la verdad hasta que levantó un poco el rostro, alguien lo había golpeado, le pregunté al chófer.

-¿Qué le pasó?

-Tuvo una pelea en un bar doctora.

-Mi esposa es doctora, llámela por favor - dijo Fernando, al parecer no tenía idea de dónde estaba.

-¿Qué hago con él? - me preguntó el chófer.

-No lo sé, no es mi problema - intenté irme, pero algo en mí me lo impidió, me maldije a mí misma por eso, me giré de nuevo - póngalo en el sofá, ya regreso.

Fui a buscar el botiquín, al llegar a la sala, Fernando estaba sentado en un sofá individual, me acerqué a él, abrí el botiquín, cuando estaba por empezar a curar una herida en su ceja, este abrió los ojos, de repente cruzamos miradas.

-Qué bonita.

-Estás ebrio - limpié su ceja y este movió el rostro para evitarlo, lo tomé de la barbilla para que me viera de nuevo - ¿Puedes quedarte quieto?

-Es que duele.

-Lo sé, si no hubieses sido tan idio*a para meterte en una pelea no estarías así, ahora déjame hacer mi trabajo.

Seguí curando sus heridas y Fernando se quejaba, estábamos muy cerca, yo estaba inclinada frente a él y el sofá no era muy alto por lo que me dolía la espalda, me enderecé un momento para estirarme y luego volví a lo que estaba haciendo, sentí que Fernando me abrazó por la cintura, me detuve en el acto.

-¿Qué estás haciendo?

-No estás cómoda, siéntate.

-Así estoy bien.

-Vamos Isabella, no muerdo - me jaló y caí en sus piernas.

Puse los ojos en blanco y me apuré con lo que estaba haciendo.

-Listo - intenté pararme, pero Fernando no me lo permitió - ¿ahora qué?

-¿Puedes ayudarme a llegar a mi habitación?

-Voy a llamar a Teo.

-Es tarde, solo necesito que me ayudes un poco.

-Está bien.

Me paré y lo ayudé a pararse, él se apoyó en mis hombros, no puso todo su peso sobre mí, pero si sentí que se apoyó, dimos unos cuantos pasos antes de caer en uno de los sofás grandes, caí sobre él.

-Fernando, si quieres que te ayude trata de mantenerte en pie - no me contestó.

Levanté la vista y este parecía haberse dormido, maldije en mi mente, intenté levantarme, pero este me abrazó y no me lo permitió.

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora