No sé cómo me siento al respecto

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Capítulo 40

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Capítulo 40

POV Fernando

No puedo decir que no estoy molesto por lo que Isabella me dijo. Es increíble como papá planificó todo, vio cada detalle y cada posibilidad, la única forma de conservar mi herencia intacta es quedándome con Isabella un mínimo de cinco años como marido y mujer. El propósito de ella para decirme esto no es obligarme a estar con ella, no lo necesita, solo quiere ser sincera, ella no está conmigo por interés como lo estaba Paola, entiendo que papá la quisiera poner a prueba dejándome un tiempo sin nada, Isabella desde el inicio estaba dispuesta a perderlo todo sin importar nada más que su libertad, ella es una persona capaz y tal vez no esté al nivel de su padre económicamente hablando, pero es capaz de levantarse de la nada como el señor Castriotti dijo alguna vez, solo basta con ver lo que ha hecho con Valentino, sus decisiones de negocios a veces me dejan pensando, son astutas, como cuando hace unos días me dijo que le ofrecería a Valentino ser su socio, ella no quiere que él sea su empleado, lo quiere de socio, ella cree que lo hace por ser justa con él, pero a mí me pareció un movimiento muy inteligente, si él es su socio se esforzará por esto y lo conservará a su lado sin importar qué, ve el talento que hay en él y sabe que él puede marcharse cuando lo desee, pero lo está asegurando para que trabaje con ella mucho más tiempo, ella no lo ve, pero ese es un movimiento de negocios tan audaz, hace las cosas bien sin pensarlas. Ahora entiendo por qué su padre no se molestó en convencerla de no divorciarse y no perderlo todo, pero me molesta un poco la manipulación que mi padre con ayuda de ella trataron de hacerme, puedo entender hasta cierto punto, pero no deja de molestarme, al menos me tranquiliza la sinceridad de Isabella, quiere decir que le importo. Ella quería que supiera que no importa mi decisión, no voy a perder mi herencia, no quiere que escoja qué hacer basándome en el miedo de perderlo todo.

Isabella se levantó

-¿Dónde vas?

-Te daré tiempo para asimilar y pensar en lo que te dije.

-Isabella... Gracias, por contarme esto.

Solo sonrió y salió del despacho. Ahora no sé qué hacer con mi enojo, obviamente no he estado estos meses con ella por obligación, es porque quiero estar con ella, pero en este momento estoy molesto y no quiero tomar una decisión así, quiero pensar con cabeza fría todo.

Me salté la cena, he estado todo este tiempo en el despacho pensando, quiero estar con Isabella, no me molesta eso, me molesta que mi papá intentara manipularme y metiera a Isabella en su juego. Debo admitir que era listo.

Imaginarme toda mi vida con Isabella no era difícil, pero si por alguna razón en el futuro antes de vivir juntos cinco años, ella o yo decidiéramos que esto no funciona, tendría que renunciar a mi herencia dos años, si en ese período encuentro otra pareja es decisión de Isabella si darme o no la totalidad de mi herencia, entiendo que papá no quiere que mi esposa esté conmigo por interés, pero creo que no pensó en la situación difícil en la que puso a Isabella. Soy un hombre de negocios, sé que pensar que mi relación con Isabella puede fallar no es la mejor manera de establecer una relación sentimental, se supone que quieres estar con esa persona de por vida, pero también tengo que analizar todos los escenarios posibles, incluido el fracaso.

Ella dijo que si yo decidía irme ella no lucharía por mí, pero no estoy seguro de que si ella es la que decide irse yo no lucharía por ella, me da miedo pensar a qué instancias llegaría para mantenerla a mi lado, no la quiero lastimar, pero la idea de perderla me asusta, ¿usaría la carta de los cinco años para retenerla?

Entiendo que ella estuviese asustada de eso, de que la obligara a quedarse. Papá tenía razón cuando le dijo que ellos le robaron su juventud, ¿estoy yo dispuesto a hacer lo mismo?, si me lo hubieran preguntado hace unos meses cuando ella apareció por primera vez no hubiese dudado en obligarla a quedarse a mi lado contra su voluntad, ahora no quiero que nada ni nadie la lastime.

Creo que Isabella confía en que no la obligaré a quedarse si no quiere, ella merece ser feliz y por culpa de nuestros padres ella no pudo disfrutar de muchas cosas como las chicas de su edad. Cada vez que pienso en eso me enfado más con ese par de ancianos.

Comencé a beber, pero mi mente en lugar de despejarse se enreda más, tengo esa espina de que a Isabella no le importara la manipulación que mi papá planificó contra mí, en ese entonces yo no era nada para ella, pero aun así me duele un poco ese hecho.

Ya he estado todo el día aquí encerrado, creo que necesito dormir un poco. Me dirijo a la habitación. Isabella está buscando algo en el armario, cuando escuchó la puerta volteó a verme.

-Oh, estás aquí, iré a dormir con Michelle para darte espacio.

-No tienes que hacerlo, Isabella.

-Así es mejor.

Tomó sus cosas y salió de la habitación, no me gusta esta sensación.

Me metí a bañar, dejé que el agua cayera, en este momento de mi vida yo quiero estar con Isabella, las acciones del pasado no las hizo para perjudicarme, ella sabía que yo no iba a perder nada, decidió pedirme el divorcio hasta que supo que yo no perdería todo, yo no debería de estar molesto con ella por pensar en ella misma. Papá quería darme una lección y quería asegurarse que Paola o cualquier otra se quedarían conmigo por mí, no por lo que tengo o no tengo.

Odio ser manipulado, pero en esta ocasión gracias a eso conocí a una mujer maravillosa, inteligente y honesta, que a pesar de saber que yo podría rehusarme a darle su libertad si me decía la verdad, aun así se arriesgó, porque ella quiere empezar nuestra relación con honestidad. Qué diablos necesito pensar si está claro, yo la quiero a ella y quiero que esté a mi lado porque me ama, voy a lograr que ella me ame y se quede a mi lado porque es lo que ella quiere, al igual que yo, estos meses a su lado me hacen que no quiera pensar en un futuro donde no esté ella.

Cuando salí de la ducha ya era muy tarde, así que decidí hablar mañana con Isabella.

Me acosté, pero no me dormí tan fácilmente, ya me acostumbré a tenerla a mi lado todas las noches.

Me levanté temprano y bajé al comedor, todos estaban ahí menos Isabella y Valentino.

-¿Isabella sigue dormida? - le pregunté discretamente a Michelle.

-No, se levantó muy temprano esta mañana, dijo que tenía que ir a las bodegas, fue con Valentino, y después tenía que ir a la ciudad. Vendrán a tiempo para la fiesta.

-Ella sigue con la idea de que necesito espacio y ahora me está evitando.

Me puse a trabajar para mantenerme ocupado. A la hora del almuerzo Valentino e Isabella aún no volvían. La casa era un caos porque la fiesta era hoy por la noche, decidí ayudar a los demás con lo que necesitaran, un momento después subí a arreglarme, ya que no faltaba mucho para que comenzara el evento. No vi a Isabella en todo el día, creo que se arreglará en el cuarto de Michelle porque no veo sus cosas aquí. No quiero seguir en esta situación, quiero decirle que no me importa lo que hizo papá, que me importa ella ahora, y quiero estar con ella. Si ella se quiere quedar conmigo me haría muy feliz que lo intentáramos juntos, espero que lo nuestro dure para siempre.

La llamé, quiero verla ahora.

-Hola, ¿dónde estás?

-Me estoy arreglando.

-Quiero hablar contigo.

-¿Puedes esperar a que termine la fiesta?, no quiero arruinar el momento de Valentino.

-No es...

-Por favor Fernando, solo espera, solo eso te pido.

-Está bien.

Creo que espera que sean malas noticias, pero no voy a insistir, voy a esperar a que termine la fiesta para hablar con ella.

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora