¿Se van?

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Capítulo 42

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Capítulo 42

-Espera aquí, voy a traer algo para limpiar tu herida.

Entré al baño, estaba buscando en el lavabo alcohol, cuando me abrazó por la espalda tomando mi cintura y besando mi hombro.

-Amor, hoy luces hermosa.

-¿Podemos dejar eso para después?, déjame ver tu labio primero.

-No es nada, tranquila, ¿no quieres que nos demos un baño mejor?

-Creí que íbamos a hablar.

-Podemos hablar en la bañera.

-Está bien.

Me soltó y puso a llenar la bañera, después regresó a mi lado, me tomó de la cintura y me sentó en el lavado, se colocó entre mis piernas, quitó unos mechones de mi rostro colocándolos detrás de mi oreja. Joseph había dejado unas marcas en mis brazos, pero no las había notado hasta que Fernando puso su vista en ellas y frunció el ceño.

-No es nada.

-Debí matar a ese idiota, no debió ponerte un dedo encima.

-Él no me quería lastimar Fernando, hemos sido amigos muchos años y jamás se había comportado así.

-Pero lo hizo, Isabella. No hablemos de él, no quiero enfadarme.

-Está bien.

Me abrazó, era un abrazo cálido, me sentía cómoda entre sus brazos.

-Te amo Isabella.

Me separé de él un momento para verlo a los ojos.

-Me lo estás diciendo por qué no quieres que me enoje contigo por lo de esta noche, ¿verdad?

-No, lo digo en serio, te amo, si te quieres enojar lo voy a aceptar, no estoy molesto por lo que planeaste con papá, estoy agradecido porque por eso estamos aquí hoy juntos, si ustedes no hubieran planeado eso para podernos divorciar no sé dónde estaría hoy, pero te aseguro de que no sería tan feliz como ahora que estás a mi lado.

-Yo también te amo.

-Lo sé, vamos, la bañera está lista.

Nos quitamos la ropa y nos metimos a la bañera, solo estuvimos ahí abrazados en el agua tibia.

Cuando salimos de la bañera nos secamos, nos pusimos pijama y nos metimos a la cama.

Estábamos tan cansados que no tardamos en quedarnos dormidos.

Me desperté por el sonido de mensajes en mi celular, pero decidí ignorarlos, me sentía cómoda, Fernando seguía dormido y me tenía abrazada, así que solo me acurruqué más en su abrazo, no me quería levantar.

Después de un par de horas más de sueño decidí que ya era tiempo de levantarme, no quería hacerlo, pero tenía que hablar con Joseph, lo de ayer es algo que necesitamos hablar, pero cuando intenté levantarme Fernando me abrazó más fuerte.

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora