El día

246 17 3
                                    

Capítulo 30

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Capítulo 30

Esperé un poco para crear mi próxima ventana, no quiero que Fernando pase 24/7 preocupado, así que decidí que en una semana le daría la oportunidad a Paola, ya me estoy impacientando un poco.

Salí de casa y hoy decidí irme con Teo en el mismo auto, casi siempre que me deshago de mis guardaespaldas hago lo mismo para que Paola pueda ver el patrón y así tomar su oportunidad.

-Teo, hoy vamos a hacerlo de nuevo, que todos estén pendientes.

-Estamos listos cuando usted lo diga doctora.

Hice mi escena habitual y terminé por correr a los guardaespaldas, hoy no fui al hospital, pero si salí de compras, estaba en el centro comercial solo con Teo, sin el resto de guardaespaldas, todo iba normal, pensé que otra vez Paola no se había atrevido, hasta que llegué al estacionamiento.

Un tipo golpeó a Teo por la espalda dejándolo un poco aturdido, inmediatamente activé la señal del collar, y como era de esperar me llevaron con ellos, traté de poner resistencia, pero sin cansarme, sabía que iba a necesitar mi energía más tarde. Me colocaron una bolsa de tela negra en la cabeza y me sujetaron de pies y manos antes de subirme a la parte trasera de una camioneta, llegamos al lugar de destino, un par de horas después obviamente hice un drama exigiendo que me dijeran quiénes eran, qué querían y dónde me llevaban hasta que un imbeci* se atrevió a golpearme, bueno, creo que lo exasperé con mi escena, pero necesitaba que pareciera real.

Al llegar me sentaron en una silla y me quitaron la bolsa, tardé un poco en acostumbrarme de nuevo a la luz y en ese momento sentí una bofetada y escuché un par de voces familiares.

-No quiero que le hagas nada aún - Dijo Fred parándose al lado de Paola quien fue la que me golpeó.

-No tengo paciencia Fred, esta perr* tiene una gran deuda conmigo - dijo Paola.

-Sí Paola, pero yo accedí a ayudarte con una condición.

-Pueden por el amor de Dios dejar de discutir y decirme que diablos quieren - les dije a ambos.

-Oh Isabella, cierto, casi lo olvido - dijo Fred mirándome con una sonrisa en el rostro - verás, debiste hacerle caso a tu esposo y conservar a tus guardias, ¿pensaste que con uno sería suficiente?

Se puso a mi altura y me tomó de la barbilla para que lo viera a los ojos, moví la cabeza para soltarme de su agarre.

-Fred, no sé por qué estás ayudando a Paola, pero no vas a salir bien librado de esta cuando Fernando y Giovanni se enteren.

-No lo sabrán, no tienen como conectarme con ella. Cuando mueras, todo será su responsabilidad y yo no tendré nada que ver - me susurró al oído para que Paola no lo escuchara.

-¿Qué le estás diciendo Fred? - dijo Paola Molesta al no poder escucharlo.

-Nada, que luce hermosa el día de hoy, será un placer hacerla mía, lo vas a disfrutar Isabella.

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora