El embarazo

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Capítulo 23

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Capítulo 23

Pasamos un buen momento abrazados, cuando llegó el secretario personal del señor Thompson, Fernando no quería moverse de la posición en la que estaba, casi tuve que obligarlo.

Llenamos algunas formas del hospital, un par de horas después de papeleo el secretario del señor Thompson dijo que él se iba a encargar de los últimos detalles, le dije a Fernando que fuéramos a casa y así hicimos, en todo el camino no soltó mi mano, cuando atravesamos la puerta nos llevamos una sorpresa.

-¡Amor, ahora podemos ser felices por fin! - Gritó Paola apenas atravesamos la puerta lanzándose a abrazarlo del cuello.

Él la apartó y la miró con el ceño fruncido.

-Paola ¿qué haces aquí?

-Amor, vine porque me enteré de que el viejo de tu padre estaba muriendo, regresé ayer, pero no estabas, ven, vamos a celebrar - lo tomó de la mano.

-Paola, por qué crees que debería celebrar la muerte de mi padre.

-Amor, es lo que hemos esperado por años, al fin puedes divorciarte de esta niña, y además, te tengo otra sorpresa, estoy embarazada.

Miré a Fernando a penas Paola dijo esas palabras, pero su semblante pareció no cambiar, frunció aún más el ceño y tensó la mandíbula.

-Y eso que Paola - contestó Fernando.

-Cómo y qué amor, vamos a tener un bebé tú y yo.

-¿Y si es mío?

-Claro, qué clase de pregunta es esa Fernando, obvio es tuyo.

-De verdad Paola, ¿cuánto tienes?

-Unos dos meses amor, ¿por qué?, parece que no me crees, deberías de estar feliz.

Yo iba a marcharme, pero Fernando no me dejó, me tomó de la mano, Paola vio esa acción y su mirada se llenó de enojo.

-Paola, hay algo que tenemos que hablar.

-Que significa esto Fernando, por qué tomas a esa mocosa de la mano.

-Paola, voy a intentar que mi matrimonio con Isabella funcione.

-Qué estás diciendo Fernando, estoy embarazada, mi hijo no va a ser un bastardo - gritó Paola.

-Paola, si te soy sincero no creo que ese niño sea mío, crees que no sé qué estuviste haciendo durante este y todos tus viajes.

-No sé de qué hablas.

-De los hombres con los que has estado durmiendo todos estos años, no creo que ese niño sea mío, podemos hacerle una prueba de ADN para confirmarlo, si es mío te aseguro que nada le faltará, me haré cargo de todo a lo que él concierne, pero no sueñes con que me casaré contigo.

-Fernando, me estás ofendiendo, además, cómo me puedes pedir eso, nosotros nos amamos y este niño es fruto de nuestro amor, cómo puedes dudar de eso.

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora