Capítulo 33
Mientras él me besaba cada vez con mayor intensidad la puerta de la oficina se abrió de golpe y escuchamos a la secretaría de Fernando decir.
-Señor, ya le dije que no puede pasar.
Miramos a la secretaría, estaba intentando detener a un señor en la puerta de la oficina, este se veía un poco molesto.
-Fernando, necesito hablar contigo.
-Señor Stone, creo que esas no son maneras de ingresar a mi oficina - le dijo Fernando al señor.
-Tienes que quitar la denuncia que tu esposa puso sobre mi hijo.
Fernando tensó la mandíbula y espetó.
-Skarleth, voy a hablar con el señor Stone, retírate.
La secretaria salió cerrando la puerta.
-Te veo después, creo que es mejor que me vaya para que puedan hablar tranquilos - le dije yo a Fernando tomando mi bolsa, este me tomó del brazo.
-Isabella, él es el Señor Stone, el papá de Fred. Creo que esta conversación te concierne. Señor, tome asiento.
-Creo que ella tiene razón Fernando, esta es una conversación de hombres, no debería de estar aquí - Cuando hizo ese comentario sentí mi sangre hervir del coraje.
-Señor, quiere usted hablar sobre los cargos de su hijo, qué mejor que los hable con la persona que los presentó, tome asiento.
Ambos estaban muy serios y sus miradas eran frías, se sentaron uno frente al otro y yo al lado de Fernando.
-Está bien, si es lo que quieres. Quiero que esa niña quite los cargos sobre Fred, mis acciones están cayendo por el escándalo.
-Señor, verá, yo no voy a retirar los cargos contra su hijo, él me secuestró y me amenazó en múltiples ocasiones.
-Niña, guarda silencio, no es contigo con quien vine a hablar, vamos Fernando, tú entiendes esto, ya sabes como son las mujeres, se muestran coquetas y después se quieren hacer las víctimas, no dejarás que tu relación con Fred y con mi familia se arruinen por una perr*.
-Le pido que respete a mi esposa, señor. Además, la decisión es de ella, no mía - dijo en tono muy molesto Fernando.
-Las mujeres no tienen por qué tomar esas decisiones, es trabajo del esposo hacerlas entrar en razón, tienes que domarla Fernando. Esperaba más de ti, no creí que te dejaras mandar de una niña.
Sonreí con ironía, se supone que está aquí para pedirme que retire los cargos, pero solo me ha insultado, ya sé por qué Fred es un idiota.
-Verá señor, esta niña como usted se refiere a mí, no necesita ser "domada" por nadie, me puede insultar lo que quiera, le aseguro que me voy a encargar de que su hijo se pudra en la cárcel y ni usted ni nadie me lo va a impedir.
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Mi niña
Teen FictionMuchos podrán pensar que mi vida fue privilegiada, pero no todo fue color de rosas para mí. Mi madre falleció cuando yo apenas tenía dos años, mi padre y mi hermano mayor no se sintieron capaces de criarme y me enviaron a un internado desde muy temp...