Señor Thompson

310 20 1
                                    

Capítulo 22

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 22

-Después de lo sucedido, tu papá estaba furioso, intenté que papá me permitiera divorciarme de ti aprovechando la furia de tu papá, pero me advirtió que no me atreviera a ofender al señor Castriotti ya sabes que tu papá dice que el matrimonio es para toda la vida, así que me gustara o no, nuestro matrimonio tenía que seguir. Después desapareciste, para mí fue una bocanada de aire fresco, después de tantos problemas pude vivir tranquilo con Paola, aunque esta fue cambiando, o más bien mostrando su verdadero yo con los años, todo parecía estar bien hasta que apareciste de nuevo pidiéndome el divorcio, algo no parecía bien, por qué después de todo este tiempo, parecía que algo escondías, pero a medida que investigaba no encontré nada, tu papá y tu hermano aún están ofendidos por mis acciones de estos años, pero no dejaban de alabarte, yo no quería creer que eras tan maravillosa como ellos decían. Luego, cuando pintamos la sala por primera vez juntos, pude tener una plática sincera contigo, no podía creer que fueras todo lo que una vez hizo que me enamorara de Paola, pero la Paola de la que me enamoré nunca existió, tú sí, y ese sentimiento que habías despertado al inicio en mí, volvió a aparecer, después los problemas con Paola eran cada vez peor y fui descubriendo cosas que no puedo creer que no haya visto antes. No Isabella, mi cambio no fue repentino y de la nada, desde que llegaste a mi vida no pude evitar fijarme en ti, y cuando volviste, ese sentimiento solo se hizo más grande cada vez.

-Fernando, yo... No sé qué decirte, tú amas a Paola, y lo que algún día pude llegar a sentir por ti, no estoy segura de que exista aún.

-Isabella, con respecto a Paola, eso está a nada de terminar, solo estoy esperando que vuelva, quiero decirle en persona, y sobre lo que sientes por mí, déjame enamorarte, solo dame la oportunidad.

Me sentía un poco aturdida con todo eso, no sé qué siento ahora, pero todo lo que hizo sí se lo he perdonado, pero no lo he olvidado.

-Fernando, no tengo resentimiento contigo por todo lo que pasó entre nosotros, pero no olvido todas y cada una de las humillaciones que me hiciste.

-Sé que fui un tonto, déjame ir cambiando uno a uno todos esos recuerdos malos por muchos buenos, solo te pido que lo intentes, y si más adelante no funciona, te daré el divorcio.

Sentía que era sincero con lo que decía, pero...

-No siento nada por ti, no me pidas que te ame ahora, cuando tuviste la oportunidad solo la hiciste a un lado, no te importó como yo me iba a sentir, fuiste egoísta y ahora me toca a mí serlo por mí, lo siento - Me paré para marcharme, pero me tomó de la mano.

-Isabella, no te estoy pidiendo que me ames ahora, sé que te lastimé, sé que fui egoísta, sé que fui un completo imbe*il, solo te pido que me dejes intentar enamorarte, no merezco la oportunidad, lo sé, pero aun así te suplico que me la des.

Mi teléfono comenzó a sonar, lo traté de ignorar, pero vi que era del hospital.

-Lo siento Fernando, tengo que responder esto.

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora