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Capítulo 6

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Capítulo 6

La fiesta con Fernando resultó como lo planeamos, solo me faltaba un gran cierre, uno que hiciera a Paola rabiar. Al momento en que salíamos y los fotógrafos nos interceptaron, le di un tirón en el brazo a Fernando, cuando este me miró coloque mi mano en su rostro y le di un beso, tuve que ponerme de puntitas, aun con los tacones me costaba alcanzarlo, este se sorprendió al principio, creí que me apartaría, pero todo lo contrario, correspondió a mi beso, no duró mucho, al separarnos le sonreí y lo hice que siguiera caminando, sabía que en unos minutos esa imagen iba a estar en todos lados.

Ante los medios es un caballero, así que no dudó en ayudarme a subir a su auto, mientras él subía por el otro lado saqué mi teléfono y le dije a mi chófer que nos siguiera, él se subió, mantuve mi sonrisa, ya que las cámaras nos siguieron tomando fotos hasta que el auto se puso en marcha.

Cuando no vi más fotógrafos unas tres cuadras mi semblante pasó a ser serio y frío, me alejé de él y le pedí a su chófer que se detuviera, claro, Fernando no se podía quedar callado.

-a que estás jugando Isabella y por qué detienes el auto.

-A nada, tengo que irme a casa, ya es tarde y mañana trabajo - Cuando estaba por bajarme me tomó del brazo - Fernando, me sorprendes, no me digas que ahora te preocupas por tu esposa.

-No, pero tú y yo tenemos mucho de qué hablar.

-será en otra ocasión querido, hoy estoy muy cansada y mañana tengo trabajo.

-y crees que yo no, además salir de compras todo el día no es trabajo.

-ese es el "trabajo" de Paola querido, no el mío, el mío es más serio, ya te lo expliqué antes, soy cirujana y necesito dormir, mañana tengo un par de cerebros que operar.

-ya deja el juego Isabella.

-Mira Fernando, creo que tú tienes más problemas que resolver al llegar a casa, dejemos esta plática para después, ¿quieres? - Me soltó, su semblante era frío - no arrugues tanto el rostro, ya se te notan algunas arrugas, aún estoy joven, no quiero que digan que mi esposo es un anciano querido - dije antes de cerrar la puerta del auto.

Me fui a mi auto y me subí, Fernando se fue y yo hice lo mismo.

Al llegar a mi departamento no pude evitar sentirme satisfecha, todo había salido según lo planeado.

A la mañana siguiente aún estaba de buen humor, tenía que hablar con mi suegro y contarle todo, pero primero tenía que terminar unos pendientes antes de subir a verlo.

Llegué, me puse mi uniforme, mi gabacha y sonó mi localizado, tenía un paciente en la emergencia, un accidente de auto, fui, lo evalué y pedí estudios, al parecer requería cirugía, estaba hablando con un residente mientras salía de la sala de tomografías.

-Josh, pide un quirófano, me vas a asistir.

Mientras decía estas palabras, alguien me tomó fuerte del brazo. Alce la mirada y era Fernando.

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora