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Reece:

—Disculpa la demora.—Pronuncia Mavis ingresando al comedor, toma el asiento junto a su amiga mientras Coopola ocupa el centro y yo lamentablemente comparto el lado de Roadney Harris.

Observo a Mavis, quien no me dirige la atención de su mirada desde que ingresa.

—Espero que tengan hambre, porfavor disfruten.—Pide el dueño de la finca extendiendo los brazos.

Tomo el plato y selecciono lo que deseo, ensaladas y un pedazo de carne, junto a tubérculos y salsas. 

—¿Es todo lo que vas a comer?—La irritante voz a mi lado se hace presente.—Estoy sorprendido y todo se ve delicioso.

Ella ha escuchado, pero se hace la que no ¿Es por lo que dije?

Mavis no hace contacto visual.

¿Fui grosero?

¿Y lo que le dije no afectara mi oportunidad de obtener la administración de la finca, verdad?

Roadney toma el puré de papás y me lo extiende.

—Deberías probar un poco de esto, sabe muy bien.

—No lo quiero ahora, déjalo ahi.

—Vamos, no subiras de peso solo por comer un poco.

Mavis se incomoda.

—El puré de papás esta delicioso.—Beatriz se gira hacia Mavis, ella medio sonríe.

Roadney insiste y me estreso, empujando la olla de cerámica que ocupa el puré, los ojos voltean a vernos y aunque no lo he roto, lo he lanzado un par de centímetros lejos.

Aprieto los dientes.

—Me quedo claro.—Sonríe Roadney.

—Tal vez debería llevarlo.—Pronuncia Mavis sin mirarme, al menos Coopola no se ha dado cuenta de mi comportamiento.

Mavis se pone de pie pidiendo disculpas, pero antes de eso, Coopola y Beatriz se sirven un poco más.

Beatriz suspira.—La receta del pure de Mavis siempre sabe delicioso.

Mierda.



(***)


—¿Por qué no abrimos un vino antes de continuar?—Los platos ya han sido retirados y Coopola insiste a uno de sus empleados a que nos traigan a degustar del vino.

Me pregunto cual...

—¿Me permite?—Pregunto y los ojos se posan sobre mi, los de Mavis, quien esta de regreso, también.

—¿Decidirá entre todos mis vinos, Sr Lansing? Estoy impresionado lo atrevida que es esa postura-

Me acerco a la repisa de vinos, ninguna tiene etiqueta, decidir entre todos es como hacerlo con una venda o estar completamente ciego.

Excepto para mi.

Me permiten destapar las botellas, no necesito probarla, solo necesito el aroma y es asi como llego hasta uno que me encanta mucho más que cualquiera en la repisa.

Camino de regreso hacia el lugar que ocupa Lorenzo Coopola y me paro frente a el, extiendo la botella mientras el sirviente me alcanza una copa vacía.

Sirvo y el dueño de la finca lo recibe.

Sabor a VinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora