14

475 51 3
                                    

Mavis:

Siento como si el corazón se me estrellara fuertemente contra el pecho, la escena me congela en mi lugar por varios segundos mientras observo el puño de Reece lleno de sangre, siento que me invade un mareo, pero alcanzo a mantener la compostura.

La impresión de verlo en ese estado me recuerda de nuevo que ya no es ese Reece.

¿Qué hago?

—¡¿Qué demonios esta pasando aqui?!—Es la voz de Lorenzo Coopola.

—Detente.—La palabra sale de mi boca y los ojos de Reece encuentran mi rostro. En el suelo Roadney intenta lucir un espectáculo, mientras se sujeta la nariz.

—Creo que me la rompiste, eres un puto inestable.

Reece intenta golpearlo de nuevo y me interpongo entre ellos.

—¿No escuchaste?—Suelto y sus ojos se dilatan, pasa de mirarme a mi a mirar a Roadney detrás mío y nuevamente su mirada encuentra la mía.

Si antes lucia molesto, ahora más.

Trago saliva y me acerco a el.—Por favor, Recce.—Bajo mi voz y lo tomo del brazo..—Estas haciendo una escena, estarás en problema si..

Me aparta el agarre disimulo y se dirige hacia Lorenzo, al menos ellos no lo notaron. Oigo como se disculpa y explica la situación, todo esto sin voltearme, tengo un nudo en la garganta mientras Reece continua dirigiéndose al dueño de la finca, no da muchos detalles, solo... se disculpa.

Entonces empieza a alejarse y me vuelvo hacia Roadney.

—Como dije, inestable, no se que le abra pasado para actuar asi.—Contesta con una sonrisa, Beatriz le ofrece un pañuelo, Roadney lo toma y le sonríe.—Gracias y como dije, tal vez la competencia le calentó el cerebro.

El señor Lorenzo suspira y pone los ojos en mi, se me cae la cara de vergüenza e intento mantenerme mi compostura.

—Discúlpenme.

—No seria muy ético si vas detrás de el.—Me suelta Roadney cuando me lo cruzo y chasquea los dientes.—¿No quieres parecer 0 profesional, no es verdad?

Aprieto la mandíbula. 

—Ya que esta aqui, señor Lorenzo. Tengo nuevas propuestas que deseo platicarle. 

Beatriz se me acerca mientras Roadney busca una oportunidad con el dueño.

—¿Qué crees que...?

—Eso averiguare.






Reece:

—Señor...—Shadow se detiene al oír a Mavis. Me esta llamando.

—Nos vamos, ahora.

Shadow asiente.—Enseguida, señor.

Se dirige al coche y yo abro la puerta trasera, antes de que Mavis llegue hasta mi, subo las coche y cierro la puerta, los pasos de ella se detienen al verme dentro, pero aun asi camina hacia donde estoy.

—Reece.

—Señor, deber...

—¿Te pregunte?—Suelto y Shadow se tensa al oírme, aprieto la mandíbula.—Lo siento, solo arranca el puto coche.

No responde, pero hace lo que le ordeno.

No es buen momento para quedarme y hablar, tengo la furia aun en mis venas y en cada celular de mi cuerpo, si me quedo arruinare la pequeña y esta vez pequeña oportunidad que tengo para recuperar la finca.

El coche se retira y mi mirada la observa por los espejos delanteros, intento respirar con normalidad y el dolor por el enojo es insoportable.




Mavis:

—Buenos dias. —Saludo a Beatriz y al señor Coopola, quienes desayunan en la mesa.

El señor Coopola carraspea y Beatriz se levanta de la mesa.—Ire a cabalgar un rato.

Me mira a mi y dice con los labios "Suerte", procede a besar la mejilla de su abuelo y luego me abraza antes de retirarse.

—¿Descansaste bien?

—Siempre descanso bien aqui, señor.—Agradezco que dejara que me quedara, aunque ambos siempre han sido amables en ese aspecto.

El señor Lorenzo se limpia los labios con una servilleta y se queda pensativo, sin soltar ni una palabra por varios segundos.

—Tengo muchas cosas que decir.—Pronuncia.—Empezando porque la conversación con el señor Harris fue agradable. Tiene una visión ambiciosa y cree que puede sacar hasta lo que no he podido sacar yo de esta finca.—Encoge los hombros y los baja.—Egocéntrico y codicioso, no es un buen camino, aunque es centrado en lo que quiere.  Un arma de doble filo... y en cuanto a tu elección..

—Me disculpo nuevamente.

—¿Disculparte porque?

Por qué sigo cuidándolo...

—Me puso detrás de este proyecto,  es mi responsabilidad.

—No puedes controlar las emociones de otras personas y no fuiste tu quien los trajo hasta aqui. No eres tu la razón del altercado anoche.

—No, no lo soy, pero aun asi... estoy segura que hay una buena razón para que se retirara, no quiero justificar su accionar.

—Mavis.

Guardo silencio.

—Tu opinión es importante para mi, pero ahora mismo.—Toma la taza con café y bebe un poco.—Ahora mismo siento que mi balanza se inclina hacia el caballero Harris.

Sabor a VinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora