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Mavis:

—Entonces... ¿Me incluirán en su cena o... hay una razón  por la que no se me permite estar invitado.—Me señala y también a Reece.

Separo los labios.

—No quiero pensar mal, mencionaste ser profesional ¿No seria muy raro que solo cenes con uno de los posibles...

—No.—Lo detengo, ya se hacia donde va.—Pero será otro día. No hoy.

Mi mirada encuentra la de Reece.

—Sera otro día.—Le digo a el. 

—Si aun sigue en pie ¿Mañana por la noche? Tengo la noche libre.—Sonríe Roadney.




Reece:

Desajusto mi corbata luego de quitarme el saco y arrojarlo sobre la cama.

Invitarla a cenar...

Fue un impulso de idiotez.

¿Y desde cuando los tengo?

Y si no fuera mucho, el se invito solo.

Mierda. ¿Por qué me quede congela? De alguna manera esa tipo sigue...

No.

Me acuesto sobre el colchón.

—¿Por qué tuviste que invitarla, Reece?



(***)



Tengo una platica corta con el dueño de la finca y antes de irme, soy abordado por Mavis.

—¿Esta noche...  —Empieza.—Si deseas podemos cancelarlo.

Alzo las cejas.

Casi lo olvido. No, la verdad es que no, solo no quise pensar en ello.

—Si no quieres, no te veías a gusto con esta situación. Si te sientes incomodo.

¿Incomodo?

Chasqueo los dientes.—El no me impone incomodo.

—No me refería a Roadney, sino a la situación.

—Es lo mismo y claro que no.

Mavis calla.

Aprieto los labios.

—Era una disculpa, mi invitación.—Mi boca suelta las palabras, aunque no sean toda la verdad.

La verdad es que yo queria...

—Tampoco pretendo que por mi culpa se extiendan rumores sobre tu opción de elegirme.

—No soy yo quien elige.

—Ambos conocemos a Roadney.—Le respondo.—No desaprovechara esto para escudarse en algo al no ser elegido por Lorenzo Coopola

Su expresión me dice que me da la razón.

—Que le quede claro que no hay nada que ocultar.—Aunque tampoco es que deba demostrarle algo, es solo...

—Reece, tal vez.

—¿Qué deseas cenar?

Mavis alza una ceja.—Eres el nuevo aqui ¿Recuerdas?

—Shadow ya hizo una lista completa de restaurantes para mi en la zona.

Me observa con sorpresa, joder, ahora parece que lo he planeado, ni que fuera una cita... además estará el incompetente de Roadney.

 —Despues de decir algo asi no puedo insistir en que lo canceles. 

Mis labios se separan, quise decir "¿Puedo pasar por ti", pero al final he callado mis palabras. 

—Envíame la dirección ¿De acuerdo?

—Lo hare.



(***)



Me cambio de ropa unas tres veces y no se porque rayos estoy indeciso, cualquier cosa que me ponga encima me hace ver bien, pero esta noche... siento que todo me queda mal.

Trago saliva y ocupo el último traje, miro mi reflejo en el espejo y ajusto la corbata gris. 

—Si que te ves diferente, Reece.—Miro mi reflejo y los recuerdos me nublan el pensamiento.

No voy a dejar que vuelva a humillarme como antes.

Golpean la puerta.

—¡Mi señor!

Es Shadow.

Me observo una última vez y salgo de la habitación.


(***)



Comida italiana ¿Por qué no?

Soy el primero en llegar al restaurante, con un ambiente cálido y tranquilo, la etiqueta se adecua a los turistas, pero no pienso mucho en ella hasta que la veo ingresar al salón, acompañada del mesero que la guía a nuestra mesa apartada.

Mi mirada se pasea por su cuerpo, Mavis va vestida en un color uva, su piel morena resalta en el y luce tan perfecta como lo recuerdo, tanto asi que se me forma un nudo en la garganta al verla y me pongo de pie sin darme cuenta al tenerla en frente.

El mesero nos deja tres cartas y se retira, ambos nos miramos aun de pie sin decir nada.

—¿Nos sentamos?—Pregunta ella.

Contrólate, Reece.

De saber que vendría vestida asi, hubiera elegido otro lugar, ahora estaré desconcentrado cada segundo de la cena.

Tomo asiento al igual que ella, Mavis toma una de las cartas.

—¿Deberíamos esperarlo o...

Pido un vino de la carta mientras al otro individuo se le ocurre llegar, nos sirven las copas y por primera vez me encuentro como hace muchos años atrás sin saber que decirle a una mujer.

—No estaba segura de que usar realmente pero...

—Te vez increíble.—Las palabras solo brotan, no puedo mentirme.

Ella siempre ha sido hermosa.

Noto el rubor en sus mejillas, rubor que me deja perplejo y hace acelerar mi corazón.

—Mavi...

—Veo que empezaron sin mi.

Carajo.

Giro mi rostro encontrando a Roadney, quien toma la copa.

—Hagamos un brindis, por la reunión de 3 viejos amigos. 

Supongo que debo esperar algo asi el resto de la noche.

Sabor a VinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora