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Mavis:

El calor y excitación que emana mi cuerpo es inevitable, cada beso lo disfruto tanto como el ultimo y cada ruido que suelto es incluso más alto.

Sigue en la cocina, besándome como si no hubiera mañana en el cual despertar, sus manos cada vez exploran más mi cuerpo y su boca no se queda atras.

Reece me besa el cuello y permito que meta las manos dentro de la pijama, llega hasta mis pechos y acaricia mis pezones ya no por encima de la tela, siento su respiración y su aroma me vuelve loca, mis ojos se cierran por todo lo que mi cuerpo experimenta y luego el:

—Vamos a la cama.

Reacciono y dejo de rodearlo con mis brazos, abro mis ojos y el para, su beso queda a medias y retrocede un paso.

—Mav...

—¿Qué hiciste?—Suelto y cabo en cuenta de la situación.

—¿Qué hice?—Pregunta y noto una sonrisa burlona.

No quiero a este Reece, asi que busco irme antes de que todo empeore.

—Claro, vete.

Me irrito.—¡Yo no he venido por esto Reece!

Me vuelvo hacia el y se queda callado.

—Yo tampoco te he pedido que vengas por esto.

—¿Y que ha sido esto?

—Puedo preguntar lo mismo.

Ambos nos callamos.

¿Solo me beso por qué se le antojo?

¿Por qué soy la única presencia que tiene aqui para hacer esto?

—No hare esto.—Muevo las manos a mi alrededor y dejo claro que me refiero a lo que acaba de pasar.

Yo era la primera en irse, pero el lo hace y escucho como azota la puerta, me quedo sola y paso las manos por mi cabello.

Mierda. 


(***)


Cierro la llave de la ducha y salgo de ella, me acerco al espejo, quitando el vapor de el y mi atención se dirige hacia la marca de su beso en varias áreas de mi cuerpo.

—Carajo.

Me he quitado el vino, pero no esto.

¿En qué pensaba?

Preparo la piel de mi rostro antes de dormir y seco mi cabello en el mismo baño, regreso a la habitación y busco alguna camiseta que ponerme encima, y con la cual descansar.

—Has venido a trabajar Mavis, solo a eso.




(***)



La mañana siguiente encuentro a Reece desayunando en el comedor, ingreso y las empleadas enseguida me traen el desayuno, me quedo en silencio luego de desearle "Buenos dias", el responde seco y luego insisto.

—¿Hay una fecha cerca en la que volverán Beatriz y el señor Lorenzo?

—¿No te contesta el móvil? Sera más fácil obtener respuestas si ella misma te lo dice.

No se que decir.

El se levanta.

—Estoy lista para trabajar.

Se vuelve hacia mi.

—Solo a eso he venido, Reece.

Lo veo pasar saliva.—Ve a la sala cuando acabes.—Y con eso se retira.



(***)



Llego a la sala y veo la cantidad de folders y carpetas en la mesa de centro, unos encima de otros y siento que no hay cuando acabar.

—Todos estos son candidatos. Quiero que los leas y me des tu opinión, a quienes consideres que debo tomar en cuenta.

Tomo asiento el la silla frente a el y cojo las carpeta, las abro viendo todo el detalle.

—¿Te tomaste el tiempo de conseguir los perfiles de cada uno?

—Quiero lo mejor para la finca, ya lo mencione.—Concluye.—Empecemos...

Empiezo, pero el.

—En cuanto lo ocurrido anoche, es mejor si reaccionamos de la manera más profesional.

—¿Cuándo me pediste ir a tu habitación?

Se queda hielo.

—¿Qué interés tienes en mi, Reece?

—Mavis, que...

—¿Un acoston, diversión? —Pregunto.—Vi dos lados anoche, pero no se si  eres el Reece con el que me divertí y bromee, o el que busca llevarme a la cama como la mitad de los hombres en la primera cita para luego presumirlo con sus amigos. Aun no estoy segura cual eres... y si es el segundo.—Hago una pausa.—Me amo demasiado para llegar a ese punto.

Soy honesta con el, no me importaría ni  haber tenido sexo con el... pero a donde nos lleva eso y si busca diversión, me ahorro salir lastimada.

—Es todo, voy a cerrar el tema aqui y mientras trabaje no lo tocare.

Termino y me levanto con las carpetas que puedo llevar.

—La mesa del comedor es más grande, revisare todas estas y una vez que acabe llevare las demás. Con permiso.

—Ya te dije quien soy.

—Y yo no te fuerzo a cambiar.—Le contesto.—Solo te hago saber a quien voy a elegir... ¿Por qué obligarme a estar con alguien que se que me lastimara?

Se queda en silencio y yo me retiro.

Sigo enamorada de ti, Reece.

De la bondad que se que hay en ti, no necesitas cambiar quien eres, pero si esa version que no me gusta es la final... 

Siempre voy a elegirme a mi por encima de aceptar un corazón roto.


Nos leemos.

>>Yiemir.

Sabor a VinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora