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Reece:

—No se que rayos estas buscando, Reece Lansing, pero en lo que a mi concierne no has hecho nada más que perder mi tiempo.

No se que decirle y solo desordeno mis ideas.

—¿Y todo este teatro ha sido solo para... que vengar-

—Es lo que más te duele no.—Contesta.—Con quien eres ahora y que lo más importante sea tu ego.

—Mavis...

Ella empieza a irse.

—¿Te vas asi? Despues de...

—¿Es lo único que te importa, no? —Me suelta mirándome de nuevo.

No es eso, yo...

—Espera... deja pensar.. No se que..

—No hay nada que pensar.—Responde rapido.—¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué mentirme? Cuando dijiste que no eras el mismo no crei que llegarías a este punto, burlarte de mi.

—No era eso.—Aprieto los dientes.

—¿Y que es entonces? ¿Por qué mentirme y retenerme aqui?

Me quedo en blanco.

—Si no hay una verdadera razón de lo que hiciste no puedo entenderla.—Me contesta.—¿Acaso la hay, Reece?

¿La hay?

Ella espera ansiosa escucharme, pero mi boca solo emite una palabra.

—No.

La decepción es notoria en sus ojos.

—A primera hora mañana, me marcho. Buenas noches, señor Lansing.




Mavis:

Furiosa, dolida, decepcionada.

No se como me siento más, pero son esas tres emociones las que predominan en mi ahora mismo. Con toda la carga encima salgo de la habitación y me dirijo a la mía, cierro la puerta y empiezo a empacar todo.

Y no pasan cinco minutos cuando mi puerta empieza a sonar con tres golpes.

Lo ignoro, pero vuelve a insistir y termino abriéndola, la mirada de Reece cruza la mía y despues se posa sobre la maleta en mi cama, su mirada cambia notando que hablo en serio.

—¿Qué haces aqui? Ya dijimos..

—Yo no he dicho nada.

Trago duro.—Estoy acostumbrada a que no digas nada.—Contesto y me dirijo a seguir guardando mi ropa en la maleta.—Y me basto el "No". 

De pronto siento como me quita la ropa de las manos y me vuelvo hacia el.

—No dejare que te vayas.

—Reec..

—Ese idiota esta ahi afuera...

—¿Por qué te preocupa?—Vuelve a callar.—De acuerdo no digas nada ¿Me das mi ropa para que siga guardándola?

—No.

—"No" es lo único que puedes decirme.

—No.—Repite y noto que evita decir las cosas.—Si algo te sucede estando yo aqui y tu fuera...

—¿Por qué?—Insisto.—Reece, si no vas a ser claro conmigo.

El chasquea los dientes.

—Porque si algo te sucede no viviré con eso.—Vuelve a hablar.—¿Por qué? Porque maldita sea me importas ¿Por qué más?

Sabor a VinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora