Reece:
Nos dirigimos a una cafetería y ella se ve como un desastre, un desastre que no ha descansado bien y eso eleva mis dudas, respiro profundo y levanto la taza de café, acercándola a mis labios, bebo del liquido y veo que Mavis se vuelve a echar otro poco de azúcar.
—¿Estas bien?
—¿Qué?—Sus ojos marrones se abren mucho.
—El café.—Señalo.—Ya son cinco..
—Me gusta asi, dulce.—Me interrumpe y deja la cuchara para llevarse la taza a los labios.
Hace un gesto que me saca una sonrisa.
—Aprecio la invitación.—Deja la taza junto a la mía y levanta la mirada hacia mi.—Pero debo recordarte que los encuentros.
—Lo recuerdo bien, esto no podía esperar.
Callo y ella suspira, de inmediato se muestra tranquila.
—Dije que no afectara nada la opinión que tengo sobre ti como administrador.—Contesta. —Voy a ser profesional con ello, pero estar aqui no lo es.
—Como lo de anoche.
Abre un poco los ojos.
—No, no lo fue.
—¿Y por qué no me paraste?
Ella traga saliva y mi mirada se detiene en sus labios.
—Mavis...
—Te crei ebrio al inicio.
Arqueo una ceja.—Los vinos estan para disfrutarlos estando consientes, no sigo bebiendo si mi cuerpo ya no siente el sabor.
—¿Es como actúa un enólogo? —Medio sonríe.
—Ahora mismo un catador.
Respiro profundo.
—¿Dije algo o....—Ni se como decir eso, pero si la embarre mencionando algo sobre mi o nuestro pasado... sobre... lo que sentía y sien..
—Solo no fue un buen día.
—¿Eso dije?
Ella guarda silencio y mi mano aprieta la taza.
—No necesito tu compasión, Mavis.
Me ve completamente en shock.
—¿Dejaste que te masturbara por qué te di puta lastima?
Mira a ambos lados nerviosa.
—Recce.
La imagen del beso vuelve y me enfado más.
—No necesito que sigas cuidándome.
La mirada le cambia y noto el dolor en sus ojos, rápidamente gira la cabeza esquivándome y regresa a mirarme como si nada hubiera pasado, pero con más fuerza en los ojos.
—Lo he entendido desde que te volvi a ver, lo tengo presente.
—¿Y por qué sigues haciéndolo?
Me mira sin parpadear.
—No necesito que tú...
—No ha sido lastima.—Me interrumpe.—Es todo lo que dire, respeta mi respuesta.
Ella intenta pararse, quiero preguntar que es realmente, pero de mi boca sale la única razón por la que estoy aqui.
—Quiero la finca.
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Sabor a Vino
RomanceTuvieron que pasar doce años para que Reece se convirtiera en el hombre que la sociedad superficial a su alrededor lo aceptara. Debido a su físico su infancia estuvo llena de burlas y maltratos, razón que lo llevo a nunca confiar en nadie, ni siquie...