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Mavis:

No hay interacción entre nosotros más que del trabajo, al menos de ese día hasta el siguiente  y es que me paso revisando carpetas tras carpetas, luego me trae más y se marcha con algunas cuantas a su habitación.

Respiro profundo y aun veo su espalda cuando me llega un mensaje de Beatriz.

"¿Cómo lo estas pasando? Bien, supongo si no me has escrito más"

Quiero preguntarle cuando regresa, pero me oiré asfixiantes, además necesitan este descanso. La dejo en paz y sigo leyendo la "Base de datos" de los clientes que dejo conmigo.

Reconozco algunos y tacho los que ya se han visto interesados  e insistentes en la finca  incluso antes de que Lorenzo Coopola anunciara que pasaría la administración a alguien más.

Subrayo lo que llama mi atención y mi mano comienza a doler, me doy cuenta que es hora de cenar cuando una de las empleadas llega a avisarme que servirá la cena.



(***)


Golpeo la puerta del dormitorio donde se queda Reece y no tarda en abrirlo, extiendo lo que acabe y el lo recibe confuso.

—La cena ya esta servida, te avisaba de paso que te entregaba esto.

—Aun hay más en...

—Seguiré con lo que sigue despues de la cena. 

—Bien.

Cierra la puerta y me dirijo a cenar, me sirven y como sin esperarlo, al parecer hice bien porque el no aparece hasta que yo acabo.

—¿Ya acabaste?—Pregunta y ve a la empleada pasar por su lado con mi plato.—Veo que si.

—Acabo de terminar, seguiré con lo que sigue.

Regreso a la sala y me quedo ahi mismo a continuar, mientras el se mantiene en el amplio comedor de los Coopola.



(***)


Por más que acabo las carpetas, siguen apareciendo más y...

Intento leer el nombre, pero no puedo pronunciarlo, a este cliente no lo conozco y ya van seis con el, lo dejo al lado izquierda donde puse las demás carpetas y sigo con el siguiente.

Los pasos detrás de mi me hacen girar.

—Es tarde ya. —Me dice Reece.

Miro mi teléfono.—Son las 8.

El guarda silencio y escucho un suspiro.

—Nueva condición, tendrás un horario y acaba de terminar.

—Pense que solo pondrías una condición.

—Acabo de cambiarlo.

No discuto más, además los ojos me pesan. Cierro la carpeta y me insiste que las deje ahi, me levanto y me dirijo hacia mi habitación.

—No es hora laboral, ahora podemos hablar.

Me toma por sorpresa.

—No estoy nada a gusto de que se marchen sin darme la oportunidad de hablar.

—¿Es el ego que tienes ahora hablando?—Frunce el ceño al oírme.—Fuiste tu el que dijo que no es horario laboral, dispongo yo que no debo tratarte como mi jefe en este horario.

—¿Estas segura de eso?—Se por donde va la pregunta.

Ambos callamos y el se me acerca, me siento confundida y niego cuando más me pesa su presencia.

—¿Qué es lo que deseas de mi, Reece?

—Esa pregunta debo hacerlo yo. —Hace una pausa.—¿Quieres que sea yo el que de el primer paso?

—Lo que quiero es que me digas que quieres de mi.—Le aclaro.

Lo veo pasar saliva con molestia y aparta la mirada.—La otra noche te lo demostré.—Vuelve a mirarme esta vez con más fuerza en los ojos.

La decepción la hago notar.—Si eso es lo que deseas, no puedo corresponderte de igual manera.

—¿No puedes?—Una sonrisa de burla cruza sus labios.—Ibas bien.

—Si, tu mismo lo dijiste, fue un error.—Le recuerdo.

—Jamás use esa palabra.

"Reaccionemos de la manera profesional" es lo que dijiste.—Contesto.—Para mi es "Un error". No tengo problema con hacer mi trabajo y actuar como lo pediste, y estabas de acuerdo también ¿Por qué ahora quieres hablar?

—Porque tú.—Se detiene.

—¿Por que yo que...

—Porque ya te bese.—Me mira a los ojos y mi corazón se acelera.—Y no hay marcha atras. 

Me toma del rostro y siento que mis latidos van en aumento, su tacto me hace cerrar los ojos.

—Necesito poner un final a esto. 

—¿De verdad lo pondrás?

El duda.

—Si dormimos juntos acabara esta insistencia. 

No responde y coloco mis manos sobre las suyas.

—Sabes que es lo que quiero.—Le recuerdo.

—Sabes lo que puedo darte ¿No es suficiente?

No quiero diversión, estoy enamorada de el y si me dejo caer, si nos acostamos entonces si no habrá vuelta atras, saldré lastimada si no puede darme lo que pido.

Me va a besar y lo voy a detener, pero Ghost aparece.

—Lamento interrumpir.

Reece maldice y se va con el. 



Reece:

Azoto la puerta del vehiculo con fuerza e intento pensar, empiezo a creer que tenerla aqui no fue una gran idea, tal vez debi mandarla a otro lugar lejos de aqui, asi estaría segura de Roadney y segura de mi.

Y yo estaría seguro de lo que empieza a despertar en mi, ese sentimiento seguiría dormido y todo se mantendría igual, pero ahora que la bese.

Mavis quiere estabilidad, es de relaciones serias y romances cursis, siempre ha sido asi cuando me mencionaba sus estándares, y tal vez mi yo anterior hubiera echo de todo para complacerla.

Pero ahora... no soy el mismo. Ella lo sabe y se niega a coger conmigo, no es tonta, no quiere algo de una noche mientras que yo estoy convencido de que solo requiero una noche para dar este capitulo de mis sentimientos hace Mavis Bristol por cerrado.

Ghost entra al coche. 

—¿Me tienes noticias?

—Asi es.

Me tenso.

—Lo llevare enseguida.—El niega mirándome por el espejo retrovisor.—Lo siento, mi señor. Pagaron la fianza a Roadney Harries.



Nos leemos.

>>Yiemir.

Sabor a VinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora