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Mavis:

Le dije a Reece que me iria por trabajo, pero lo cierto es que exagere.

No, exagere no, le mentí.

Diría que el mejor calificativo ahora seria decir que estoy desempleada, no hay una solicitud de  trabajo esperándome, aunque Lorenzo Coopola prometió que me recomendaría ni bien alguno de sus conocidos desee vender tierras.

Suspiro, no se lo pedi, pero es un alivia contar con el por esa parte.

Y si no le dije la verdad es porque...

Solo deseaba irme.

El pecho empieza a dolerme fuerte mientras el ascensor desciende, no ha parado desde que las puertas se cerraron, respiro profundo y me llevo la mano al corazón.

Lo peor ya paso, Mavis.




Reece:

Tengo la copia del contrato en las manos y se siente tan liviano, y sin embargo lo que cargo dentro de mi pesa más que este papel, estoy tenso y ansioso desde que dejo mi edificio, siento incomodidad y las manos me pican. 

¿Por qué?

Debería estar feliz, lo he logrado, mi padre estará orgulloso, con lo mucho que me importa su opinión, pero al menos dejara de joderme por un tiempo.

Solo es un puto papel.

Pero este puto papel vale millones para el, debería un alivio, pero mis hombros siguen como si cargaran algo más.

Dejo el contrato y me llevo las manos a la cabeza, masajeo mi sien y cierro los ojos, la última imagen que Mavis me dejo vuelve a aparecer estancado en mis pensamientos.

Shadow me interrumpe.—Señor, tiene una llamada.

—Si es el presidente...

—Es el señor Coopola.—Me interrumpe.

Me obligo a contestar, si estoy distraído al menos olvidara esa cara por un rato.



Mavis:

Termino de doblar mi ropa dentro de la maleta y antes de cerrarla, me percato que el móvil sobre mi cama se enciende, me acerco y contesto la llamada del señor Lorenzo, apoyando mi oreja contra mi hombro mientras lucho con el cierre de la maleta.

—Mavis, dime que aun sigues en toscana.

Parpadeo confusa.

—Estoy saliendo del hotel.. ¿Por qué?

Contesta y me dice todo, lo dudo un instante, pero acabo aceptando.



(***) 



Parece que llegue temprano.

No se si es buena idea quedarme, aun con Roadney aqui, pero la paga... es tentadora.

Muerdo mi labio e ingreso al restaurante.

—¿Reserva?

—S...

No alcanzo a responder cuando un hombre de traje se mete, alto y de porte militar, lo miro de pies a cabezas sin percatarme y siento el impulso de disculparme.

—Yo me encargo.—Dice mirando al hombre, quien asiente.

No digo nada y dejo que me guie hasta la mesa.

—Señorita Bristol, tome asiente por favor.

Me ofrece el asiento y antes de ocuparlo, le menciono:

—¿Usted es...

No alcanza a responderme, otra voz pasa por encima de la suya.

—Gracias, Ghost.

¿Ghost?

El llamado "Ghost" se retira dejándome ver a quien viene detrás de el, de inmediato reacciono enderezando mi espalda.

—Reece...

—Hola, Mavis.



Reece no esta dispuesta en dejar ir a Mavis.

¿Sabrá por qué lo hace o actúa sin pensar?

Nos leemos.

>>Yiemir.



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